Dicen que la justicia, cuando llega tarde, ya no es justicia. Pero a veces 45 años de retraso no son suficientes para que un acto de justicia deje de serlo.
Tal es el caso del reintegro, ascenso y retiro de los 360 militares y policías que participaron en la gesta de abril de 1965, ejecutado por el presidente Leonel Fernández.
Recordemos que cuando terminó la lucha entre constitucionalistas y las fuerzas regulares nacionales, se suscribió la llamada Acta de Reconciliación Nacional, que disponía, entre otras cosas, la reintegración de todos los militares y policías que habían sido separados por combatir según sus convicciones y su conciencia. Pasó el tiempo y la esperada reintegración nunca llegaba hasta el lunes pasado.
La reparación histórica ha sido bien acogida en todos los sectores nacionales. Nosotros también la aplaudimos y estamos convencidos de que con ella el presidente Fernández se gana el respeto y la admiración de todos.
Como es fácil advertir, aquí no se puede aplicar el dicho mencionado al principio, pues la justicia, aunque llegó un poco tarde, no perdió su esencia.