Tus batallas

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Tus batallas

Ana Blanco

Hay una lección que aprendí muy pronto en la vida: hay que saber elegir las batallas. Lo que no venía en el paquete es cómo saber elegirlas adecuadamente. Por mucho tiempo seleccioné esas batallas siempre con el objetivo de ganar hasta que la madurez me enseñó que a veces hay que perder para poder ganar.

Sé que suena a frase hecha. Pero es algo tan sencillo como preguntarte si entras en una batalla para demostrar algo a los demás, para demostrarte algo a ti mismo o para crecer y aprender.

Si respondes a estas preguntas te darás cuenta que si actúas por vencer a otros, por el qué dirán, por lo que se espera de ti la gran mayoría de las veces, ganes o pierdas, sientes un vacío.

Si lo haces ya con un sentimiento de crecimiento más personal el resultado es diferente, pero aún así lucharás siempre para ganar porque es lo que has aprendido desde pequeño.

Pero si llegas a esa batalla sin esperar realmente nada, solo por el hecho de que quieres intentarlo, pero te das cuenta en el camino que no te va a aportar realmente paz, sabiduría, felicidad y otros sentimientos positivos, entonces, solo entonces, retírate.

No le dediques esfuerzo, pierde si es necesario porque al final te aseguro que aún así, ganarás.

Y qué importa si otros creen que has tirado la toalla o que no has enfrentado algo, al final quien va a vivir las consecuencias de tus acciones siempre vas a ser tú, los demás solo van a opinar y eso no les cuesta nada.

Estar en paz debería ser innegociable y eso se logra teniendo el control total de tus decisiones, desde fuera que digan lo que quieran porque al final sabrás elegir las batallas adecuadas, ganes o pierdas.



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