MADRID.-Turquía aceptó ayer dejar de oponerse a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, poniendo fin a un punto muerto que había enturbiado una cumbre que se inauguró en Madrid en medio de la peor crisis de seguridad de Europa en décadas, desencadenada por la guerra de Ucrania.
Después de conversaciones urgentes de alto nivel con los mandatarios de los tres países, “ahora tenemos un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN”, anunció el secretario general de la alianza militar, Jens Stoltenberg.
El visto bueno de Ankara llegó durante una reunión auspiciada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; el finlandés, Sauli Niinistö, y la primera ministra sueca, Magdalena Andersson.
“Me complace anunciar que tenemos un acuerdo que allana el camino para que Finlandia y Suecia se unan a la OTAN”, indicó Stoltenberg en una rueda de prensa tras firmar los tres ministros de Exteriores de esos países un memorando que despeja las dudas que mantenía Turquía.
En el acuerdo, Estocolmo y Helsinki “se comprometen a apoyar plenamente a Turquía contra las amenazas a su seguridad nacional”, explicó el secretario general aliado, lo que incluye la modificación de su legislación interna, tomar “medidas enérgicas” contra las actividades del grupo terrorista kurdo PKK y la firma de un acuerdo de extradición con Ankara.
Tras semanas de negociaciones entre esos tres países, el acuerdo llega a las puertas de la cumbre aliada y certifica la vigencia de la política de “puertas abiertas” de la OTAN que Rusia ha criticado.
Súplica por armas
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, dijo ayer en Madrid que Ucrania lleva “demasiado tiempo” esperando a que los países occidentales le proporcionen armas para defenderse de la invasión de Rusia.
“Llevamos demasiado tiempo esperando. Quiero darle las gracias a nuestros aliados, pero las armas están tardando demasiado en llegar”, dijo Klitschkó en la capital española, donde líderes mundiales se reúnen para celebrar desde el miércoles la Cumbre de la OTAN y discutir la estrategia de la alianza y la nueva realidad geopolítica.
“Hemos agotado demasiado tiempo. Cada día, patriotas ucranianos pagan las consecuencias con su vida”, afirmó.
Nuevas sanciones
En tanto, los líderes del G7 apoyaron ayer en su reunión en Alemania la imposición de medidas “severas y con costes económicos inmediatos” contra el régimen del presidente ruso, Vladímir Putin, por la invasión de Ucrania.
Los máximos representantes de las siete mayores potencias económicas muestran en el comunicado final de su cumbre su apoyo al Gobierno y el pueblo de Ucrania por lo que consideran una “guerra de agresión injustificada” por parte de Rusia.
Los siete países se comprometen a incrementar sus esfuerzos para contrarrestar el impacto “adverso y dañino” global y regional del conflicto y para garantizar el abastecimiento global de energía y la seguridad alimentaria”.
Posición de Francia
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó ayer el ataque aéreo ruso contra un centro comercial de Ucrania como un “nuevo crimen de guerra”, prometió que no cesará el apoyo de Occidente a Kiev, y dijo que Moscú “no puede y no debe” ganar la guerra.
El ataque, en el que murieron al menos 18 personas en la ciudad de Kremenchuk, se produjo mientras los mandatarios de los países del G7 se reunían en Europa. Fue parte de una ofensiva rusa inusualmente intensa en toda Ucrania, incluyendo la capital Kiev, que renovó la atención internacional mientras el conflicto se alarga.
Moscú desmiente
El gobierno de Rusia afirmó ayer que no atacó con misiles el centro comercial, sino un almacén con armas y municiones de Estados Unidos y de países europeos, que detonaron y provocaron “un incendio” en ese edificio anexo.
Secuelas de la guerra
—1— Daños
Las sanciones contra Rusia dañarán en un año todos los países que la impusieron.
—2— Guerra
Rusia dice que la guerra podría terminar si los nacionalistas ucranianos se rinden.
—3— Éxodo
Salida de ucranianos subirá a 5 millones.