La velocidad con que se conducen los motociclistas en las calles es apenas una parte del riesgo permanente en que se encuentran y del que le imponen a quienes comparten con ellos el tránsito.

A esto hay que agregarle la capacidad demostrada para desenvolverse entre vehículos en movimiento y atender los mensajes recibidos por un teléfono móvil del que no se desprenden, y como si fuera poco, túneles y elevados que hasta hace algún tiempo eran poco concurridos por estos conductores son ahora la vía de desahogo para su necesidad de estar a tiempo en algún lugar, porque de otra manera no se explica tanta prisa hasta el punto de poner la vida en riesgo

En ocasiones son capaces de conducir por estos viaductos en vía contraria a muy alta velocidad, particularmente cuando son emboscados por agentes de la Digesett.