TAIPÉI.– El aplastante triunfo de la presidenta independentista de Taiwán, Tsai Ing-wen, para conseguir su segundo mandato en las elecciones del sábado incrementará la tensión entre la isla y la China continental.
La candidata del Partido Progresista Democrático (PPD) consiguió el 57,1 % de los votos, un punto más que hace cuatro años, mientras que su principal rival, el prochino Han Kuo-yu, de la formación Kuomintang, se quedó en el 38,6 % por ciento, en unas de las elecciones con mayor afluencia a las urnas de la historia democrática del país.
Han, alcalde de Kahosiung, la segunda ciudad taiwanesa, perdió casi la mitad de los votos que en las municipales de 2018 le dieron la victoria en la urbe, hasta entonces feudo del PPD.
El partido de Tsai se llevó ayer todos los diputados por esa circunscripción en las elecciones legislativas, celebradas simultáneamente a las presidenciales.
El Gobierno chino recalcó el sábado tras la victoria de Tsai que no permitirá que Taiwán se declare un estado soberano independiente y que continuará buscando la “reunificación pacífica” de la isla con la República Popular con el modelo de “un país, dos sistemas” que aplica en Hong Kong y Macao.
En el nuevo Parlamento del país, el PPD tendrá la mayoría absoluta con 68 escaños por 35 del Kuomintang, pese a que ambas formaciones quedaron casi a la par en número de votos.