WASHINGTON.- Donald Trump dijo el miércoles que su equipo de campaña se sumará a una causa judicial ante la Corte Suprema que impugna los resultados de la elección en cuatro estados donde él perdió, mientras el mandatario saliente trata de mirar más allá del rechazo de los jueces de un último intento de revertir la certificación de Pensilvania de la victoria del demócrata Joe Biden.
La corte ha pedido respuestas hasta el jueves. Del medio centenar de demandas presentadas en distintas partes de Estados Unidos para impugnar la votación del 3 de noviembre, Trump ha perdido más de 35 y las demás están pendientes, de acuerdo con un recuento de The Associated Press.
La demanda presentada por el secretario de Justicia de Texas, el republicano Ken Paxton, pide invalidar los 62 votos del Colegio Electoral correspondientes a Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin.
Ello bastaría para darle la elección a Trump. La demanda de Paxton repite una letanía de denuncias falsas, refutadas e infundadas acerca de las boletas enviadas por correo y la votación en los estados.
“INTERVENDREMOS en el caso de Texas (más los de muchos otros estados)”, tuiteó Trump. “Esta es la grande. íNuestro País necesita una victoria!”.
Los expertos en derecho dijeron que la demanda de Paxton es la más reciente y a la vez la más improbable de ganar desde la jornada electoral y funcionarios de los cuatro estados criticaron duramente a Paxton.
“Siento pesar por los texanos, en vista de que los dólares de sus impuestos se malgastan en una demanda tan auténticamente vergonzosa”, dijo el secretario de Justicia de Wisconsin, Josh Kaul.
La Corte Suprema rechazó sin comentarios la impugnación del proceso en Pensilvania, cuyo gobernador, el demócrata Tom Wolf, certificó la victoria de Biden.
Los 20 electores del estado darán sus votos al exvicepresidente el 14 de diciembre. En todo caso, Biden tiene 306 votos electorales, por lo que aún sin los votos de Pensilvania tendría más de los 270 necesarios para ganar la presidencia.
En documentos enviados a la Corte, los abogados de Pensilvania y Wolf escribieron que los reclamos de la demanda eran “fundamentalmente frívolos” y que el pedido era “una de las invocaciones más dramáticas y destructivas de poder judicial en la historia de la República”.
“Ninguna corte ha ordenado jamás anular la certificación por un gobernador de los resultados de la elección presidencial”, escribieron.