SANTO DOMINGO.-El Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional descargó y dejó en libertad a los transportistas Arsenio Quevedo y Erickson de Los Santos Solís, quienes guardaban prisión por su presunta vinculación a una red de sicarios que dio muerte a cinco personas, entre ellos tres choferes por el control de rutas de transporte.
Por el hecho, el tribunal impuso 30 años de cárcel a los imputados Danilo Octavio Reynoso y Amaurys Cabrera, mientras que también fue absuelto Cristino Batista Roa (El Mayor).
El Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional lo integran las magistradas Gisselle Soto, Clara Castillo y Leticia Martínez Noboa, quienes ordenaron que el condenado Cabrera Martínez cumpla la sentencia en la Penitenciaría Nacional La Victoria, y Reynoso Recio en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres.
Además, dispusieron el pago de una indemnización de RD$7,500,000.00 a los familiares de las víctimas.
Quevedo, presidente de la Unión Nacional de Transportistas y Afines (Unatrafin), estaba señalado como el autor intelectual de los asesinatos de cinco , mientras que De los Santos Solís, exregidor del Partido Revolucionario Dominicano en Pedro Brand, estaba sindicado como uno de los autores materiales.
Además de absolver a Quevedo y De los Santos, el tribunal ordenó el levantamiento de la oposición que pesa sobre los bienes de Unatrafín dispuesta en el 2015. También ordena la devolución de los todos los objetos y documentos que no están sujetos a decomiso, y levantamiento del secuestro e incautación y su posterior devolución de los bienes ocupados a Erickson de los Santos Solís.
Según la Fiscalía, el imputado Arsenio Quevedo, quien también estaba acusado de lavado de activos proveniente de la mafia de los combustibles, era el supuesto cabecilla de un grupo que ha hecho uso de la práctica criminal en todo el territorio nacional desde finales del 2008, “conducta asesina que consiste en ejecutar transportistas por diferencias y conflictos en las distintas rutas del trasporte público”.
De acuerdo a la Fiscalia, el imputado Arsenio Quevedo era el cerebro y financiador de esta red, en el entendido de que se beneficiaba de las muertes, mientras que Erickson de los Santos era el encargado de supervisar el comando a cargo de ejecutar las acciones, cometer los asesinatos, intentos de secuestro, entre otras conductas típicas del crimen organizado.