Tres mitos extendidos sobre los partos y qué hay de cierto en ellos

Tres mitos extendidos sobre los partos y qué hay de cierto en ellos

Tres mitos extendidos sobre los partos y qué hay de cierto en ellos

Para algunos expertos, la fecha probable de parto debería ser algo del pasado.

Es uno de los momentos más especiales en la vida de cualquier familia: la llegada de los hijos.

Algunos mitos sobre los bebés y lo que desencadena el parto han sido persistentes en el tiempo y han pasado de generación en generación.

BBC Future los puso bajo el microscopio y esto fue lo que encontró:

1. Los primeros hijos usualmente nacen después de la fecha prevista

Es cierto que solo 4% de los bebés nacen en las fechas previstas por los médicos para el parto y que muchos de los primeros bebés nacen después de esa fecha.

Pero muchos otros nacen antes de la fecha probable del parto.

Cuando Allen Downey, científico informático del Colegio de Ingeniería Olin en Estados Unidos, analizó en detalle la información sobre una encuesta realizada en 2002 por los Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC, por su siglas en inglés, Centers for Disease Control and Prevention), encontró que es menos probable que los primeros hijos nazcan el día esperado en comparación con sus hermanos.

Su análisis demostró que hay más probabilidades de que estos bebés nazcan después de lo esperado en comparación con sus hermanos menores. Pero también es más probable que el segundo o el tercer bebé llegue antes de lo estimado.

Downey encontró que los primeros hijos nacen en promedio ligeramente más tarde que los otros bebés, pero por 16 horas o un poco más si solo se incluyen bebés que nacen a término completo, es decir, cuando el embarazo alcanza la semana 37.

Pero como se trata de saber lo que ocurre con todos los bebés, creo que es más justo incluir a los bebés prematuros también.

Dieciséis horas no es mucho. Por eso, la suposición de que los primeros bebés nacen usualmente varios días o incluso una semana después de lo estimado no es correcta.

Algunas veces sucede y todo el mundo tendrá anécdotas sobre bebés que nacieron tras partos inducidos dos semanas después de que ha pasado la fecha probable para su alumbramiento.

Pero la información no se basa solo en anécdotas y si estamos buscando tendencias, los casos individuales nos dicen poco.

También está la pregunta de si deberíamos esperar que cada embarazo dure el mismo número de semanas.

En un estudio, los investigadores midieron todos los días los niveles hormonales de las muestras de orina de las mujeres que estaban tratando de concebir.

Eso les permitió determinar exactamente cuándo la ovulación y la fecundación del óvulo había ocurrido y para calcular una duración exacta del embarazo. Y encontraron que podía variar tanto como cinco semanas.

En el caso del segundo y del tercer bebé, la fecha del parto podía también depender del tiempo que transcurrió entre los embarazos.

Los investigadores encontraron que si la concepción ocurre en el año después del nacimiento del primer bebé, el segundo embarazo es con frecuencia más corto.

Algunos especialistas creen que la fecha probable de parto debería ser algo del pasado.

En cambio, a las mujeres se les podría dar una fecha posterior y se les debería decir que para ese entonces ya habrán dado a luz.

Eso significaría que 96% de las parejas podrían ahorrarse la presión y la ansiedad que produce el hecho de que los bebés no nazcan el día que por meses tuvieron fijado en sus mentes.

2. La comida picante desata el trabajo de parto

Si la fecha estimada para el parto pasó y no hay signo de que algo esté por suceder, aproximadamente la mitad de las mujeres deciden hacer algo por sí mismas.

En una encuesta realizada en Estados Unidos, más de una quinta parte de las mujeres que participaron dijeron que habían comido curry con la intención de desencadenar el trabajo de parto.

La teoría señala que ingerir un curry picante podría incrementar la peristalsis.

Así se conoce al proceso por el cual se producen contracciones musculares, llamadas ondas peristálticas, que ayudan a que los alimentos pasen por el intestino. Se cree que puede desencadenar las contracciones en el útero.

Nunca se ha comprobado sistemáticamente y se han hecho llamados para que se lleven a cabo ensayos aleatorios controlados para descubrir lo que estimula y lo que no estimula que el trabajo de parto comience.

Incluso si la comida picante pudiera desatar las contracciones en algunas mujeres, su efectividad podría depender del nivel de tolerancia de cada embarazada a ese tipo de alimentos.

Si comes comida picante todos los días, quizás su impacto en el intestino no sea el mismo y por ende no tendrá efecto alguno en el útero.

3. La fuente se rompe siempre de una forma dramática

Es una imagen típica de las películas: las mujeres que están en las últimas semanas del embarazo de repente sienten que su fuente se rompe espontáneamente, el agua drena por sus piernas y de inmediato las contracciones empiezan.

Se agarran sus vientres y son llevadas al hospital a toda velocidad. Pero confrecuencia esto no pasa así.

Las contracciones pueden comenzar antes de que se rompa la fuente o la bolsa de aguas. Algunas veces nunca se rompe y el personal médico debe hacerlo artificialmente.

Y muy ocasionalmente, el saco amniótico no se rompe en lo absoluto y el bebé nace dentro de esa bolsa. Se conoce como «en caul» o «nacimiento velado».

Pero la mayoría de las veces si la fuente se rompe y el bebé está formado completamente, el trabajo de parto y el alumbramiento no están lejos, si es que no están a punto de empezar.

Un estudio encontró que 75% de las mujeres cuyas fuentes se rompieron entraron en el trabajo de parto en las 24 horas posteriores, la mayoría de ellas sin ser inducidas.

Quienes estén esperando una escena de película podría decepcionarse porque incluso aunque la ruptura de la fuente es el primer signo de que el trabajo de parto está por comenzar, el fluido amniótico puede ir filtrándose gradualmente y no como un chorro grande.