Rusia terminó el mes pasado la primera conexión terrestre que autorizó el régimen estalinista de Corea del Norte con el mundo exterior desde 2003.

La conexión ferroviaria de 54 kilómetros, que corre entre Khasan, en el extremo sudeste de Rusia, y el reconstruido puerto norcoreano de Rajin, es parte de un proyecto del presidente Putin de volver a unir los sistemas ferroviarios de las dos Coreas y conectarlos con el Ferrocarril Transiberiano.
Eso daría al presidente ruso Vladimir Putin el control parcial de las conexiones con las redes de trenes de Europa, ubicadas a 8,000 kilómetros de distancia.
La ruta es tres veces más rápida que el transporte a través del Canal de Suez.