Si el presidente Donald Trump cree que puede escapar por medio de destituciones de la investigación del FBI sobre los vínculos de su campaña con Rusia, está totalmente equivocado… e intentar hacerlo lo hace ver débil y temeroso, debilita el Estado de derecho y reduce las pocas perspectivas que había de legislación bipartidista.
Todo parece indicar que Trump no tiene a su alrededor asesores con la perspectiva y la sabiduría necesarias para convencerlo de desistir de una decisión desafortunada y groseramente incompetente… o no quiso escucharlos.
Dados los frecuentes ataques de los demócratas a Trump y el director del FBI James Comey.