Se ha convertido en un deporte la juramentación de dirigentes de un partido a otro como si fuera una medición de fuerzas. El ingreso de excompañeros se divulga como nuevos inquilinos de la selva política que se vive en el país.
El trasiego se produce desde el Partido Revolucionario Moderno, del Partido de la Liberación Dominicana, de la Fuerza del Pueblo y del Partido Revolucionario Dominicano sin que todavía se sufra el calor de la campaña, caracterizada siempre por la demogogia.
Sorprende que dirigentes abandonen las filas del Gobierno para adherirse a la oposición, máxime cuando las encuestas apuntalan a la posibilidad del triunfo de una eventual reelección del presidente Luis Abinader.
El rol de los opositores es fortalecerse con adeptos disgustados y los indecisos, mientras el Gobierno cuenta con rejuego con ofertas de miel que atraen a los más incrédulos.
Preferencias
Las encuestas recién publicadas sólo han servido para que los peledeístas y los de la Fuerza del Pueblo asimilen que están obligados a concertar alianzas, cuando la realidad del mercado electoral sea muy diferente.
De ahí que en las bases del PLD y de la FP hay movimiento de acercamiento para obligar a las cúpulas a descifrar las simpatías de cara a las eleccciones municipales de febrero y las presidenciales de mayo.
Leonel Fernández es un competidor político experimentado, y los es Abel Martínez, ¿podrán obstaculizar la reelección de Abinader?
