“Si las academias no cambian, la IA reemplazará a los maestros”, advierte experta

Durante su intervención en un panel sobre inteligencia artificial, la comunicadora y educadora Helen Hasbún exhortó a transformar la academia en un ecosistema inclusivo, democrático y generador de pensamiento crítico para enfrentar los retos éticos y educativos que impone la IA.
Santo Domingo.– La educadora Helen Hasbún advirtió que si las escuelas y universidades no cambian su modelo, la inteligencia artificial terminará reemplazando a los maestros. Propone una academia más crítica, creativa e inclusiva, con docentes y estudiantes como creadores activos de conocimiento.
Hasbún, señaló que la IA aún no logra replicar la capacidad humana para el pensamiento crítico y la creatividad, competencias fundamentales que deben potenciarse desde las escuelas y universidades.
A su juicio, la solución está en la construcción de una academia inclusiva, abierta y democrática, donde tanto docentes como estudiantes se conviertan en autores y coautores de contenidos, con capacidad para generar saberes útiles y éticamente fundamentados.

“El pensamiento crítico y la creatividad son los mayores retos. Ahí es donde todavía no puede llegar la inteligencia artificial”, sostuvo durante su palpitación en el panel sobre inteligencia humana en la universidad APEC.
La especialista propuso un modelo educativo que promueva el uso de herramientas multimedia y transmedia, producidas por educadores y educandos, en un entorno donde el aprendizaje sea colaborativo, contextual y significativo.
Además, subrayó la urgencia de formar escuelas y universidades inteligentes, capaces de producir datos relevantes, facilitar el acceso equitativo a la información y expandir la educación hacia un formato global, conectado e incluyente.
Sistema vivo e interconectado
Desde su perspectiva, la academia no puede seguir siendo un ente cerrado.
“Debe estar en todas partes”, dijo.
La nueva educación debe construirse a partir de una eco-comunicación 360 grados, donde intervengan la familia, la escuela, las comunidades digitales y los gobiernos locales, mediante políticas públicas que regulen los ecosistemas digitales y fomenten el acceso universal al conocimiento.
La también especialista en alfabetización mediática e informacional enfatizó que los contenidos generados en las universidades y centros educativos no pueden quedarse en los anaqueles físicos, sino que deben socializarse y ponerse al servicio de la ciudadanía.
“Nuestras investigaciones y producciones deben expandirse de cara a la sociedad del conocimiento”, afirmó, haciendo un llamado a que las instituciones de educación superior actúen como productoras de datos cualitativos y cuantitativos que agreguen valor al saber colectivo.
La IA como experimento social
Hasbún advirtió que la inteligencia artificial está aún en fase experimental, y aunque se alimenta de big data y algoritmos, comete errores, tiene sesgos y puede aprender a mentir, replicando las narrativas humanas que recoge de internet y redes sociales.
“La inteligencia artificial es un experimento social que aprende de nosotros. Si le transmitimos comportamientos, actitudes y prácticas antiéticas, eso es lo que ella va a devolvernos”, expresó con énfasis, apuntando que las redes digitales también son parte del ecosistema formativo y por tanto deben ser consideradas en el diseño de nuevas políticas pedagógicas.
Del modelo transmisivo al comunicativo
Hasbún propuso abandonar el modelo tradicional de enseñanza basado en la simple transmisión de conocimientos, para dar paso a un paradigma comunicativo, participativo e incluso ego-comunicativo, que reconozca al estudiante como sujeto activo en la construcción del aprendizaje.
“El maestro debe dejar de ser un repetidor de información y convertirse en guía, en facilitador, en coautor del conocimiento”, afirmó, advirtiendo que si el sistema educativo no evoluciona hacia esta visión, la inteligencia artificial terminará reemplazando a los docentes.
Citando al profesor Roberto París, Hasbún recordó que “la IA, tarde o temprano, va a ocupar funciones directas o indirectas en los sistemas de comunicación y enseñanza. Por eso debemos actuar ya”.
Una alfabetización crítica
Por último, recalcó que alfabetizar en medios e información no es solo enseñar a usar tecnologías, sino formar ciudadanos críticos capaces de comprender, producir y analizar contenidos con responsabilidad ética y sentido social.
“La IA es como un niño que aprende lo que nosotros le enseñamos. Si queremos que aprenda bien, debemos enseñarle bien. Y para eso, primero debemos educarnos nosotros”, apuntó Hasbún.