SANTO DOMINGO.-¡Ring!, ¡Ring!, es el sonido del celular que alerta al equipo de coordinadores de trasplante del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes, (Incort) que se tiene un posible donador.
El equipo que realiza este tipo de procesos ronda entre 50 a 70 personas por el nivel de complejidad que conlleva.
Francis Orozco y Manuel Olaveerría son dos choferes que tienen más de ocho años laborando para el Incort y son los responsables del traslado de los órganos y de todo el equipo que se utiliza en las intevenciones. Ellos nos cuentan cómo se realiza este complejo proceso.
La historia
Todo empieza con una llamada al celular que activa la coordinación de trasplante de órganos del Incort ante un posible donante.
Lo segundo, precisan, es pasar a validar si habrá donación, pero para esto, les llaman a ellos (choferes) quienes se trasladan con un especialista y el equipo para realizarle al posible donador (paciente) un Dopplertranscraneal (DTC).
Con este estudio se certifica el fallecimiento cerebral del individuo para ser un posible donador. Verificado esto, se le informa al coordinador del centro de salud, que fue positivo.
Entonces, cuentan, el coordinador procede a conversar con los familiares quien juega un rol clave para salvar otra vida después de la muerte de su ser querido.
Mientras, agregan, que el proceso avanza todo el equipo está en máxima alerta.
En caso afirmativo, “vamos al Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Trasplante (Cecanot) a buscar el equipo quirúrgico, lo recogemos y arrancamos hacia el centro donde se realizará la extracción de uno o varios órganos según sea el caso.
Y por cada órgano interviene un equipo de especialistas. Estos llegan a realizar la extracción, lo colocan en una neverita para la preservación de este y de ahí retornan al hospital” donde el receptor, que estaba en lista de espera, ya está preparado para recibirlo.
Al preguntarle si se han encontrado con algún entaponamiento, indican que, por lo general, siempre es en horas de la madrugada que realizan los procedimientos.
Anécdotas
Manuel Olaveerría narra que su último viaje hacia Santiago de Los Caballeros, dentro del minibús, había un total de diez personas incluido ellos, recuerda que cuando retornaban hacia Santo Domingo e iban cruzando por la autopista Duarte en el tramo que corresponde a la ciudad de La Vega, estaba muy oscura y su compañero le grito: ¡cuidado una vaca! Recuerda que frenó, la esquivó y todo el que iba medio soñoliento se le quitó el sueño y a “gracias a Dios que no nos estrellamos con eses animal que estaba justamente en el medio. Era cerca de las 3:30 de la madrugada”.
Otra de las anécdotas que nunca olvidarán fue que, la primera vez que hicieron un trasplantes del corazón, se encontraron con un tremendo tapón, así que el equipo médico se desmontó del vehículo, abordó el metro para llegar a una de las estaciones donde otro vehículo del Cecanot esperaba por ellos para llegar al centro de salud, debido a que el corazón tiene menor tiempo de espera.
Confesión
Ambos confiesan que cuando los órganos están dentro del vehículo conducen tan rápido por lo que se comparan a una ambulancia, sobre todo con los órganos que tienen el tiempo en su contra y pueden dañarse.
Orozco y Olaveerría expresan que cada vez que trasladan los órganos y las personas en lista de espera obtienen una segunda oportunidad, se siente con el deber cumplido y una satisfacción personal que no tienen forma de describirlo.
La extracción del tejido
Los ojos. El jefe del departamento de Oftalmología de Cecanot, el doctor Ramón Graciano Acevedo, añade que tan pronto retiran el órgano del donador lo colocan en un medio (una neverita para esos fines) en el caso que les concierne que son los tejidos, ese tiene un promedio de 14 días viables, es decir, su duración en el banco que ellos poseen.
“Pero nunca se toma ese tiempo porque siempre tenemos pacientes que lo requieren. De todos los órganos y tejidos este es el que más tiempo puede tardar.
Todo lo contrario ocurre con los órganos como el corazón, el riñón por citar algunos que es cuestión de horas,” explica. Aclara que desde que la persona fallece, en el caso de tejido, ellos tienen unas seis horas para poder realizar la extracción del tejido que será donado y que posteriormente será colocado en otro paciente.
El año 2019 fue el año de mayor detección de donantes reales de órganos y tejidos, en comparación con años anteriores, logrando un total de 56 detecciones.