Denver, Colorado.- Trabajar su físico intensamente cada día y bromear con sus compañeros es la combinación perfecta que el dominicano Nelson Cruz, de Minnesota, señala como la clave de su éxito en las Mayores.

Cruz aprendió a animarse a sí mismo y abuchea a su compañero Willians Astudillo durante las presentaciones previas al juego.

También se propuso que él y su compatriota Miguel Sanó hicieran un baile de gorilas juntos después de cada jonrón de Sanó, una referencia a que algunos de los amigos del joven dominicano en su ciudad natal lo apodaron «King Kong».

Día tras día, Cruz llega al estadio no solo listo para batear pelotas (después de todo, es un All-Star), sino también para dar a todos sus compañeros una chispa constante con su mezcla de intensidad, rutina y alegría que usualmente se manifiesta en su risa aguda que resuena alrededor del dugout con más claridad ahora que nunca, incluso a la edad de 41 años.

“Cuando no está bateando, está en el banco del dugout, molestando a los demás. Está celebrando el bateo de los otros muchachos. Está adentro hablando con la gente, hablando de béisbol, lo que sea». “Le pregunté cuando cumplió años, ‘¿Cómo te sientes?’”, dijo José Berríos. Respondió: “Me siento mejor ahora que cuando cumplí 38 años”.

Cruz dice que incluso cuando estaba en las Ligas Menores, se decía a sí mismo que quería disfrutar de cada momento como un gran jugador y ser él mismo. En algún momento alrededor de 2007, su tercera temporada parcial en las Grandes Ligas, dijo que se sentía más cómodo mostrando esa personalidad en el camerino.

— Ejemplo
Cruz reconoce que ser el jugador de más edad en el pasado Juego de Estrellas lo hizo servir como un ejemplo para los jóvenes Vladimir Guerrero Jr., Shohei Ohtani y Fernando Tatis Jr., quienes son las caras del béisbol.