Transcurrida más de una semana, aún prevalece un velo de misterio sobre las hipótesis en torno al asesinato del presidente Jovenel Moïse. Se insiste en que los alegados “mercenarios” colombianos detenidos habrían sido contratados para labores de seguridad en Haití, nunca para perpetrar una trama contra el fallecido mandatario.
Entre las autoridades haitianas se maneja el dato de que era normal la contratación de colombianos experimentados en asuntos militares para ofrecer servicios de seguridad, lo que era más requerido ahora que las bandas armadas han sembrado el terror en el vecino país.
Se ha lanzado la versión de que los colombianos habrían sido objeto de una maniobra para presentarlos como los autores materiales, pero se presume que el asesinato de Moïse habría sido cometido por gente cercana. Sin embargo, los días pasan con la incertidumbre sobre las causas y los autores intelectuales del horrible crimen.
La frontera
El Gobierno nuevamente ha cedido a presiones de grupos interesados en cuanto al resguardo de la frontera ante la inestabilidad política en Haití. El comercio binacional fue facilitado en todo el lado limítrofe, pero hay sectores “nacionalistas” que exigen una estricta vigilancia militar ante posibles conatos de violencia y de protestas por parte de los haitianos.