Tintes y cáncer: ¿Qué debes saber?
De acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, los productos para la coloración capilar contienen sustancias químicas destinadas a modificar el color del cabello.
Dentro de la gama de opciones disponibles, se identifican tres categorías principales: tintes permanentes, semipermanentes y temporales. La entidad señala que la mayoría de los productos comercializados para la coloración del cabello, aproximadamente el 80%, corresponden a tintes permanentes.
Estos tintes permanentes se caracterizan por la utilización de compuestos denominados intermedios incoloros, que constituyen la base, y acopladores, que actúan como modificadores.

Dichas sustancias experimentan una reacción química al entrar en contacto con el peróxido de hidrógeno, también conocido como agua oxigenada, lo que resulta en la formación de las moléculas de pigmento que confieren el color al tinte.
Es relevante destacar que para obtener tonalidades más oscuras, se emplean concentraciones más elevadas de los intermedios.

En contraste, los otros tipos de tintes para el cabello, es decir, los semipermanentes y temporales, no requieren de estas reacciones químicas. Su mecanismo de acción se basa en la presencia de compuestos de color que tiñen el cabello de manera directa.
La entidad indica que se ha informado que algunos de los componentes químicos presentes en los tintes para el cabello poseen propiedades carcinogénicas, es decir, tienen la capacidad de inducir el desarrollo de cáncer.

Entre estos se incluyen las aminas aromáticas, que fueron utilizadas como intermedios en las primeras formulaciones de tintes permanentes para el cabello.
Para mitigar los posibles efectos adversos asociados con el uso de tintes, es fundamental implementar prácticas adecuadas de cuidado capilar.
Cuida tu cabello
La hidratación profunda desempeña un papel crucial, por lo que se recomienda el uso regular de acondicionadores y mascarillas nutritivas.
Asimismo, se aconseja limitar la exposición del cabello a fuentes de calor excesivo, como secadores y planchas, ya que estas herramientas pueden contribuir a la sequedad y el debilitamiento de la fibra capilar.

La protección solar también es importante, dado que la radiación ultravioleta puede dañar el cabello y acelerar la decoloración del tinte.
Adicionalmente, existen alternativas para evitar el uso de químicos agresivos en el cabello. Los tintes naturales, elaborados a partir de ingredientes como la henna, el índigo y otras plantas, ofrecen una opción menos perjudicial para modificar el color del cabello.

También se pueden explorar técnicas de coloración más suaves, como los reflejos o las mechas, que implican una menor exposición del cabello a los químicos.
En última instancia, la clave para mantener un cabello saludable y estéticamente agradable radica en la moderación, el cuidado adecuado y la selección de productos y técnicas que minimicen el daño.
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