El pasado 16 de agosto el presidente Luis Abinader asumió su segundo mandato con un discurso que resonó con promesas de cambios profundos en las estructuras institucionales del país.
Desde entonces ha comenzado a ejecutar una agenda de reformas que, de concretarse, podrían redefinir el panorama político, económico y social de República Dominicana.
Sin embargo, el éxito de estas transformaciones no depende únicamente del liderazgo presidencial, sino de la capacidad de integrar a la mayor cantidad de actores sociales y de involucrar de manera activa a la población.
También de la capacidad del liderazgo político, oficialismo y oposición, de mirar más allá del oportunismo electorero.
El primer paso en este proceso ha sido la presentación de un interesante proyecto de reforma constitucional.
A esta propuesta se suma ahora el anuncio de una revisión integral del Código de Trabajo, que busca adaptarlo a las nuevas realidades económicas y sociales del país. También se espera una reforma a la ley de seguridad social, otro aspecto crítico que ha sido objeto de amplios debates en la sociedad dominicana.
La intención de estas reformas es llevar a República Dominicana hacia un estado de mayor estabilidad institucional y expandir la justicia social. Sin embargo, el éxito de estas iniciativas dependerá en gran medida de la inclusión y el consenso, porque como dice la población: dos ojos ven más que uno.
Lo que se anunció que se presentará dejará sin tocar un punto nodal, el más conflictivo y quizás el que más incide en la estructura salarial: la cesantía laboral.
La coexistencia de la cesantía y el pago a la seguridad social, el sector productivo las ha identificado como una de las razones fundamentales de los bajos salarios en República Dominicana, pero en lo que se anunció no se incluye este tema.
El presidente Abinader ha demostrado determinación en su empeño por transformar el país, pero la historia nos enseña que los cambios duraderos y efectivos sólo se logran cuando se construyen sobre la base del consenso y la participación ciudadana.
