Los partidos políticos están en buen momento para dotarse de una buena ley que los regule y otra que perfeccione nuestro sistema electoral.
En la actualidad no atraviesan crisis internas y las confrontaciones electorales todavía están en un receso.
Ojalá que el diálogo iniciado en el Consejo Económico y Social (CES) llegue a feliz término, pero si los partidos entienden que necesitan una mesa de diálogo para ellos, hay que generarle ese espacio.
Las vigentes leyes de Partidos y la Electoral fueron fruto de intereses coyunturales y, por tanto, quedaron desfasadas con una rapidez que fue advertida, pero que en su momento los actores no hicieron caso.
Pueden ahora demostrar su madurez y ponerse de acuerdo en algo que realmente sea útil, práctico y conforme a la Constitución.
Los partidos políticos dominicanos han sido artífices de grandes leyes, en momentos determinados han sabido llegar a acuerdos trascendentales.
La Junta Central Electoral, una de las mayores víctimas de los desaciertos de las leyes vigentes, ha dado un primer paso al presentar una propuesta que puede servir de punto de partida para discusiones sensatas.
Ojalá se propongan trabajar para que en la próxima legislatura el Congreso reciba buenos proyectos de reformas de esas leyes.