La delincuencia ha extendido nuevamente sus brazos para sembrar el terror en la población.
El asalto de que fue objeto la defensora del Pueblo, Zoila Martínez, no debe verse como un hecho aislado, sino como parte de los antivalores que se han implantado en la sociedad.
No hay duda de que la incertidumbre se adueña poco a poco de los ciudadanos, pese a los datos aportados por la Policía sobre supuestos niveles de seguridad ciudadana.
El llamado de la defensora Martínez para que la población se proteja constituye un indicio de la preocupación que existe en torno a la delincuencia y el crimen.