Washington.-Los republicanos en la Cámara de Representantes se hallan sumidos en un intenso debate sobre la manera de responder a la inminente acción ejecutiva del presidente Barack Obama en el tema migratorio, y los líderes del Partido Republicano se muestran ansiosos por diseñar una solución que satisfaga las exigencias de sus miembros más conservadores sin tener que llegar a una parálisis en las actividades del gobierno.
Entre las opciones consideradas se encuentran una demanda al Presidente para que anule su acción, o la aprobación de una ley que revoque cualquier medida presidencial.
En tanto, Estados Unidos abrirá un programa que permitirá a inmigrantes regulares solicitar, bajo condiciones, estatus de refugiados para sus hijos en Guatemala, El Salvador u Honduras, países origen de un enorme flujo clandestino de menores, dijo ayer el vicepresidente Joe Biden.
El programa, que empezará a inicios de diciembre, “permitirá a los padres que viven legalmente en Estados Unidos pedir reasentamiento de refugiados para hijos que vivan en uno de esos tres países”, dijo Biden.
“Se trata de la dignidad”, subrayó el alto funcionario en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington.
Alcance del programa
El programa abarca a menores de 21 años, solteros, de El Salvador, Honduras y Guatemala con al menos un padre viviendo legalmente en Estados Unidos. Pero los menores deberán pasar antes por un estricto proceso de entrevistas en su país y cumplir varios requisitos para poder reunirse con su familia en Estados Unidos.
Según un documento oficial de lineamientos, el programa se enfocará en “ciertos menores vulnerables o en riesgo” y estará fuera del alcance para los 11 millones de inmigrantes que viven clandestinamente en Estados Unidos.
La iniciativa sigue a una crisis desatada por la ola de más de 68.000 niños, principalmente de estas tres naciones centroamericanas, que cruzaron clandestinamente la frontera de Estados Unidos sin la compañía de adultos en los últimos 12 meses, huyendo de la violencia y la pobreza de sus países.
Muchos de esos menores han solicitado asilo a su llegada a Estados Unidos, pero el nuevo programa ofrecería a las familias una alternativa legal y sin riesgos.