La Habana.-Una ley que otorga prebendas a cubanos que emigran a Estados Unidos se convirtió en la manzana de la discordia entre funcionarios de ambos países que por primera vez se vieron las caras desde que las dos naciones decidieron restablecer las relaciones rotas durante cinco décadas.
La estadounidense Ley de Ajuste Cubano continúa “siendo el estímulo principal a la emigración ilegal, el tráfico de inmigrantes y las entradas irregulares a Estados Unidos”, expresó un comunicado leído por Josefina Vidal directora general para Estados Unidos de la cancillería isleña tras reunirse ayer con su contraparte estadounidense.
La norma vigente desde mediados de la década de los 60, uno de los momentos de más hostilidad entre La Habana y Washington, ofrece a los cubanos que lleguen por cualquier vía a la vecina nación todo tipo de prebendas migratorias como residencia y ayudas, que ninguna otra nacionalidad obtiene para vivir en Estados Unidos.
Edward Alex Lee, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense Edward Alex aseguró minutos antes que la delegación de su país explicó que su gobierno está “comprometido en mantener la Ley de Ajuste cubano”.
Según Cuba, la ley promueve la politización de una emigración que considera económica, una medida más del entramado de sanciones con la que busca presionar un cambio de modelo en la isla.
Durante la jornada de conversaciones de ayer, las partes realizaron su ronda migratoria semestral, en la cual dieron seguimiento a los acuerdos en la materia, los únicos que ambas partes tienen en vigor y que fueron firmados en 1994 y 1995.
Pese al enfrentamiento por la ley, las partes reconocieron públicamente algunos avances en el cumplimiento de los acuerdos como la entrega de 20,000 visas para emigrantes cubanos y algunas facilidades para visita.
Según Lee, las conversaciones fueron “productivas” y para Vidal el ambiente fue “constructivo”.