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Los vehículos suspendidos por cables, utilizados desde fines del siglo XIX para traslados de personas en montañas y colinas, se presentan como una opción de transporte urbano y ofrecen atractivos particulares para las desbordantes ciudades de Indonesia.
Son más baratos y más rápidos de construir que sistemas ferroviarios masivos en superficie y ocupan un espacio menor, reduciendo el potencial de disputas territoriales que generalmente frenan las obras en construcción en el cuarto país más poblado del mundo.
