De nuevo el Comité de Operaciones de Emergencias ha salido a las calles, carreteras y avenidas de todo el país a recordarles a quienes escogen estos días para irse a despedir el año 2025 y a recibir el 2026 en otro lugar, que por razones de todos conocidas, pueden ocurrir accidentes de tránsito u otras contingencias.
Los más de 48 mil voluntarios involucrados en esta operación no salen con la idea de ser testigos o narradores de hechos trágicos. En realidad su vocación es evitarlos.
Sin embargo, esta voluntad no es suficiente. Su vocación es esencialmente preventiva y para ser exitosos necesitan de la cooperación de quienes pueden estar llamados a ser víctimas o propiciadores de los hechos que se quieren evitar.
Los hospitales también se alistan con la finalidad de asistir bajo las mejores condiciones posibles a quienes necesiten atenciones de emergencias.
La Fuerza de Tarea Conjunta —un cuerpo en el que entran por lo menos el Ministerio de Defensa, Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Policía Nacional, DNCD y Ministerio Público— también estará presente en sectores y vías públicas.
Desde luego, la presencia de los integrantes de este cuerpo en cualquier lugar o cerca de conglomerados o festejos puede tener un carácter preventivo, pero su finalidad es más bien de orden público.
No importa cuánto ruido hagamos ni qué tan desordenados seamos, parece improbable que esto influya en que nadie tenga un año mejor que el que será despedido hoy a la medianoche.
Y desde este punto de vista quizás lo mejor que podemos hacer es llevar la celebración, la comida y la bebida según el gusto de cada cual, pero con las prevenciones que sean de lugar para evitar el ser parte de las estadísticas de la fatalidad.
Roguemos, empero, por la intercesión de la Providencia para el bien de todos en el 2026.