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Tarik Skubal establece dos récords de ponches en el Juego 5 vs. Marineros

  • Tarik Skubal ponchó a siete Marineros seguidos para establecer el récord de ponches consecutivos en un juego de postemporada. También se convirtió en el primer lanzador en la historia de la postemporada con más de 10 ponches y ninguna base por bolas en las primeras cuatro entradas de un juego.

Tarik Skubal
Tarik Skubal, de Detroit, volvió a demostrar la calidad como lanzador en el Juego 5 de la Serie Divisional frente a Seattle.

Tarik Skubal entró desde el bullpen del jardín izquierdo del T-Mobile Park justo antes del quinto juego decisivo de la Serie Divisional de la Liga Americana el viernes, con la apariencia de un boxeador de peso pesado rumbo al ring para una pelea por el título. La mirada, la concentración, el séquito detrás de él, encabezado por su compañero de batería Dillon Dingler… todo estaba allí.

Sin embargo, a diferencia de sus aperturas en Comerica Park, el recorrido de Skubal hasta el dugout visitante fue recibido con relativa poca fanfarria. Mientras que los aficionados de los Tigres se levantan al unísono para vitorear a su ganador del Cy Young cuando se abre la puerta del bullpen en casa, la afición local estaba tan concentrada en la entrada de su abridor que apenas le prestó atención a Skubal.

A Skubal le parecía bien. Pronto los obligaría a prestar atención.

Comenzando con su ponche a Víctor Robles para el último out de la segunda entrada y culminando con su ponche a Eugenio Suárez en la cuarta, el as de Detroit ponchó a siete Marineros seguidos para establecer el récord de ponches consecutivos en un juego de postemporada. Ocho lanzadores habían conseguido seis ponches consecutivos en un juego de playoffs, el más reciente fue el del novato de los Azulejos, Trey Yesavage, en el segundo juego de la Serie Divisional de la Liga Americana contra los Yankees el domingo.

El lanzamiento de cuatro costuras de Skubal así como su cambio de velocidad fueron letales el viernes por la noche, y los intercambió sin esfuerzo durante toda la racha. El lanzamiento de más de 80 millas por hora y el de tres dígitos lucen casi idénticos saliendo de la mano de Skubal, lo que provocó que muchos bateadores de Seattle hicieran swings muy malos, abanicando un lanzamiento tras otro.

Skubal es el primer lanzador en la historia de la postemporada con más de 10 ponches y ninguna base por bolas en las primeras cuatro entradas de un juego. Sus 56 ponches en sus primeras seis salidas de postemporada solo están detrás del miembro del Salón de la Fama, Bob Gibson, quien tuvo 57.

Los siete ponches durante la racha fueron abanicando con swing, y cuatro fueron con un cambio de velocidad. Randy Arozarena estaba de 21-6 en su carrera contra Skubal cuando llegó al plato en la tercera entrada. Arozarena tomó el primer lanzamiento que vio, un cambio de velocidad, para bola, luego vio dos rectas que se convirtieron en strikes y conectó un foul en una tercera para mantener la cuenta 1-2.

Skubal respondió rompiendo el bate de Arozarena con una recta de 100.1 mph en el siguiente lanzamiento.

El primer bate de Seattle agarró un bate nuevo, pero no lo necesitaría. Arozarena hizo un swing tan fuerte al siguiente lanzamiento —un cambio de velocidad de 88.9 mph— que su casco salió disparado y voló por los aires. Lo atrapó con la mano libre y regresó al dugout como uno de los pocos Marineros que tenía algo que mostrar de su enfrentamiento con Skubal.

La racha de ponches de Skubal terminó cuando Josh Naylor bateó una línea al jardín central para abrir la parte baja de la quinta entrada. Eso no detuvo al as de Detroit, quien cerró seis entradas de una sola carrera ponchando al toletero de los Marineros, Cal Raleigh, con una recta de cuatro costuras a 100.9 mph. Según la investigadora de MLB.com, Sarah Langs, fue su quinto ponche de más de 100 mph en esta postemporada, la mayor cantidad para cualquier lanzador abridor en una sola postemporada en la era del seguimiento de lanzamientos (desde 2008).

Fue el 13er. ponche de Skubal de la noche, y dejó a la multitud de 47,025 personas en el T-Mobile Park tan silenciosa como cuando llegó corriendo desde los jardines antes del partido.

A veces, el silencio habla más fuerte que cualquier otra cosa.

Tomado de MLB.com

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