Tráfico en Santo Domingo: Cómo los tapones afectan la salud, la productividad laboral y el bolsillo

Tapones

La alarma suena a las 5:00 a.m. en punto. Es lunes, y la carrera contra el reloj ha comenzado. Nicolás Cuevas, como un atleta de alto rendimiento, salta de la cama. Un rápido agradecimiento por el nuevo día, y la rutina se despliega: cepillado de dientes, ducha relámpago, vestimenta apresurada y el bulto del almuerzo listo para la batalla. Pero hoy, el verdadero enemigo no es la jornada laboral, sino el tráfico.

Las llaves del auto, cual tesoro escondido, se resisten a aparecer. Diez minutos de angustia, muebles revueltos, cocina inspeccionada, habitación patas arriba. El tiempo corre, y la ciudad se prepara para el caos.

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Finalmente, sale de casa a las 5:40 a.m. y, como en una crónica de una muerte anunciada, el tapón lo espera. Dos horas y treinta minutos después, entre la presión por no llegar tarde, el combustible que se agota y el motorista que le rompió el retrovisor derecho, Nicolás llega irritado y con cara de pocos amigos a su lugar de trabajo.

Como Nicolás, miles de trabajadores sufren cada día estrés, ansiedad y depresión debido a las horas que pierden en los interminables embotellamientos del Gran Santo Domingo.

El periódico El Día realizó una encuesta en la que 20 de las 25 personas consultadas afirmaron que, para llegar a tiempo a su lugar de trabajo, deben salir de sus casas al menos dos horas y media antes de su horario de ingreso.

En República Dominicana, el 51% de los trabajadores experimentan estrés diario, lo que la coloca entre los países con mayores niveles de estrés en la región, según el informe State of the Global Workplace 2024 de la consultora Gallup. Aunque estos datos no se refieren exclusivamente al estrés causado por el tránsito, reflejan niveles elevados de estrés en la población dominicana, siendo el tráfico un factor clave.

Impacto en la salud mental y física

Un estudio de los estudiantes Víctor Fornís Marcos, José Manuel Andreu Rodríguez y David González-Trijueque, de la Universidad Complutense de Madrid, publicado en 2023, determinó que «la interconexión entre diversas variables relacionadas con el desplazamiento, la salud y el bienestar, como el estrés por ruido ambiental, la distancia de desplazamiento y sus demandas, pueden tener un impacto acumulativo en la salud mental de las personas».

La psicóloga clínica Miosotis Grullón destaca que los empleados que deben recorrer largas distancias y utilizar diversos medios de transporte enfrentan desafíos significativos. «Existe una disparidad entre un trabajador que se transporta en un vehículo privado confortable y otro que depende de un transporte público con limitaciones y alta ocupación. Estas condiciones impactan negativamente su salud mental y su desempeño laboral».

Grullón añade que el estrés crónico causado por los largos desplazamientos se traduce en baja productividad, procrastinación y sensación de impotencia. Además, la incertidumbre sobre el tiempo de llegada genera ansiedad y depresión.

Entre los síntomas de ansiedad menciona sudoración, palpitaciones, fatiga, mareos, hiperventilación o hipoventilación, cefaleas y mialgias. Mientras que los signos más comunes de depresión incluyen irritabilidad y frustración.

Las secuelas físicas abarcan enfermedades dermatológicas (psoriasis, urticaria, rosácea), trastornos gastrointestinales (gastritis, estreñimiento, diarreas y náuseas) y alteraciones del sueño (hipersomnia diurna o insomnio nocturno).

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Este tipo de situaciones también afecta las relaciones familiares y personales, generando falta de tiempo, conflictos de pareja, enfado, distanciamiento, negligencia y apatía ante las necesidades del hogar.

Grullón sugiere que las empresas faciliten recursos para optimizar el desempeño laboral, como ajustes en los horarios de acuerdo con las funciones de los empleados. También recomienda terapia cognitivo-conductual para quienes padecen estrés vinculado al tráfico.

Principal causa de retraso en el trabajo

Katia Lockhart, experta en Procesos y Recursos Humanos, destaca que una de las principales razones de los retrasos laborales es la necesidad de dejar a los hijos en la escuela antes de dirigirse al trabajo. Esta responsabilidad incrementa la complejidad de los desplazamientos diarios, generando un estrés considerable.

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Lockhart propone que las empresas implementen políticas de trabajo flexible, como horarios escalonados. Además, sugiere subsidios de transporte o acuerdos con servicios privados para aliviar la carga financiera y logística de los empleados. Incluso, recomienda cinco minutos de ejercicios de relajación y meditación tras la llegada al trabajo.

Consecuencias económicas

El costo adicional de combustible es otro factor de estrés para los trabajadores. Tal es el caso de Elvin Florián, residente en Pantoja, quien viaja diariamente hasta la avenida Gregorio Luperón.

El joven de 30 años comenta que de los lunes a viernes sale de su morada cerca de las 5:40 de la mañana y llega a su empleo a las 8:00, es decir, cerca de tres horas en el tráfico. Florián agrega que lo mismo ocurre de vuelta a casa, pues sale de su labor a las 4:00 y llega su casa a las 6:30 minutos de la tarde.

«Tengo un Kia Rio y desde octubre he notado que gasto casi 2,000 pesos más en combustible. Con razón el dinero no rinde», lamenta.

Al cierre de 2021, República Dominicana reportó 5,152,448 vehículos registrados, 310,081 más que el año anterior, según la Dirección General de Impuestos Internos (DGII). El crecimiento del parque vehicular representa un reto para la infraestructura y movilidad urbana.

El economista Henri Hebrard advierte que la fatiga física y mental, sumada al costo económico del transporte, genera importantes pérdidas de productividad, afectando a las empresas y, en consecuencia, a la economía del país.

Solución

El tráfico en República Dominicana no es solo un problema de movilidad, sino una crisis de salud pública y productividad. Soluciones como la flexibilización laboral, inversiones en transporte público eficiente y una mejor planificación urbana son urgentes para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y la economía del país.