Tambores de guerra

Tambores de guerra

Tambores de guerra

El mundo, tristemente, se ha ido acostumbrando al permanente sonar de los tambores de guerra en el Medio Oriente. Aunque con frecuencia no se pasa de la exhibición de músculos, mueren personas inocentes y la economía mundial se resiente.

El mucho jugar con fuego no impide que un día se queme.

Aunque los tambores hayan sonado en Iraq o en Irán, los efectos se han sentido de inmediato en territorios tan lejanos como el nuestro.

Los precios del petróleo subieron con los primeros estruendos y eso, por supuesto, implica que economías importadoras netas de ese producto tengan que buscar más divisas para hacerle frente a la factura.

Son justamente fenómenos como el que ahora vivimos por las tensiones entre Estados Unidos e Irán los que nos obligan a repensar sobre la fragilidad de la economía dominicana.
Ya lo advertimos esta misma semana y lo repetimos ahora.

Dependemos demasiado de factores externos, que pueden alterarse de la noche a la mañana con la simple decisión de personas que quizás ni sepan donde está en el mapa un territorio llamado República Dominicana.

Los tambores de guerra suenan en medio oriente y esperamos que no pase a mayores, pero es poco lo que podemos hacer pese a que sentimos los efectos.



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