Hace unas semanas, en República Dominicana se declaró “de alta prioridad” el desarrollo de la industria de semiconductores. Esto se hizo mediante el decreto 324-24 emitido por el Poder Ejecutivo.
Ciertamente, es común que los gobiernos definan áreas prioritarias para fomentar el desarrollo del país. Un ejemplo es lo que ha sucedido con la industria del cine dominicano, gracias a una ley de incentivos.
Este tipo de acciones permite crear empleos, generar y desarrollar nuevos mercados, y mejorar la calidad de vida de los dominicanos.
En este sentido, debemos reconocer que para lograr un desarrollo real de la industria de semiconductores en República Dominicana se debe partir del elemento más importante: el talento.
Para fomentar el desarrollo de semiconductores hechos en República Dominicana es esencial capacitar, formar y desarrollar talento que sustente el sector.
Es crucial considerar varios requisitos y áreas clave de desarrollo, como la educación y capacitación, la infraestructura y equipamiento, las alianzas internacionales, el apoyo legislativo y normativo, y la investigación en este campo.
El país necesita establecer un plan para fortalecer los programas académicos de las universidades en materia de ingeniería electrónica y eléctrica, ciencia de los materiales, física y química avanzada.
Además, es fundamental crear centros de formación técnica especializada en estos temas, incluyendo certificaciones profesionales internacionales aplicables a la manufactura de chips.
En cuanto a infraestructura y equipamiento, debemos establecer laboratorios de investigación y desarrollo que, en alianza con universidades y empresas internacionales, puedan identificar innovaciones con sello dominicano que preparen un terreno fértil para el establecimiento de la industria de semiconductores.
El establecimiento de plantas piloto de manufactura, con apoyo público, ayudaría a generar experiencia en la fabricación y prueba de semiconductores, y a crear un espacio de entrenamiento práctico.
Finalmente, debemos establecer incentivos fiscales y financieros que fomenten la inversión en talento y en el desarrollo tecnológico del sector de semiconductores.
Además, es importante definir regulaciones y normativas que promuevan un marco regulatorio favorable para la inversión y el desarrollo de la industria.
En definitiva, la implementación inteligente de estos requisitos puede crear una base sólida para el desarrollo de una industria de semiconductores en República Dominicana, asegurando la disponibilidad de talento altamente capacitado y el apoyo necesario para la investigación y la innovación.