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Los 300 bancos de Suiza han contratado a un ejército de auditores, abogados y empleados propios en momentos en que se apresuran a cumplir el plazo del 31 de diciembre para decidir si piden una amnistía por ayudar a clientes estadounidenses a evadir impuestos.
Los bancos de Suiza, el mayor centro financiero transfronterizo, con 2,2 billones de dólares en activos, están estudiando minuciosamente las cuentas antes de sumarse a un programa de divulgación que es el ataque más amplio en una lucha de cinco años de EU contra la evasión fiscal en el extranjero.
El gobierno suizo alienta a los bancos a sumarse al programa, anunciado el 29 de agosto.