Siete cucharadas de azúcar. Esa es la máxima cantidad que deberíamos consumir al día, según los nutricionistas, para evitar problemas de salud.
Si tenemos en cuenta que una sola lata de algunas de las gaseosas o refrescos más populares ya contiene más azúcar que esa cantidad, podemos ver que no es nada fácil mantenerse dentro de esos límites.
Por eso, muchas personas buscan la manera de reemplazar a este endulzante.
Una de las opciones más populares son los edulcorantes artificiales, que proporcionan un gusto dulce con pocas o ninguna caloría.
Pero ¿son realmente estos productos químicos más saludables que el azúcar?
¿Qué son los edulcorantes?
Hay muchos tipos diferentes de edulcorantes en miles de productos diferentes, incluidos alimentos y bebidas dietéticas.
Todos apuntan a cumplir la misma función: endulzar en lugar del azúcar, lo que significa aportar menos calorías.
Algunos como la sacarina, la sucralosa, el acesulfame K y el aspartamo son intensamente dulces en pequeñas dosis, lo que los hace ideales para usar en refrescos bajos en calorías y chicles sin azúcar.
Otros como el sorbitol y el xilitol son más voluminosos, como el azúcar real, por lo que son útiles como reemplazo en productos de confitería.
¿Debería consumirlos?
Si le preguntas a un experto, la mayoría -para tu frustración- te dirá que tomarlos o no debe ser una «elección personal».
Sin lugar a dudas, limitar la cantidad de azúcar que consumimos es algo bueno, ya que ayuda a reducir el riesgo de diabetes, obesidad y caries.
Si consideramos, por ejemplo, el tema de las gaseosas y su contenido altamente azucarado, está claro que tener una alternativa dietética puede marcar una gran diferencia.
Pero es más difícil determinar si intercambiar azúcar por un edulcorante es realmente saludable en todas las circunstancias.
Lo cierto es que comer productos bajos en azúcar y bajos en calorías no es garantía de que te mantendrás delgado y en forma. No son un reemplazo para una dieta saludable.
Si son artificiales, ¿eso no los hace poco saludables?
Muchos son sintéticos, pero algunos edulcorantes pueden estar hechos de sustancias naturales. Por ejemplo, la stevia está hecha a base de las hojas de una planta.
Por otra parte, hay que aclarar que ‘sintético‘ no significa ‘no saludable‘.
En muchos países existen leyes que estipulan que los alimentos y bebidas deben estar claramente etiquetados y que se debe aclarar en el envase si contienen edulcorantes (y de qué tipo) para que los consumidores puedan elegir cuando compran con toda la información a su alcance.
¿Cambiar a edulcorantes me hará perder peso?
Reducir las calorías que obtienes del azúcar puede ayudarte a perder peso.
Sin embargo, cuánto peso perderás dependerá de tu dieta en general y de cuánto ejercicio hagas, así como de tu composición genética y tu metabolismo.
La doctora Stacey Lockyer, de la Fundación Británica de Nutrición, dice que cambiar a alimentos y bebidas endulzados artificialmente podría ayudar a algunas personas que hacen dieta.
«Hay estudios que muestran tanto a corto como a largo plazo que las personas que consumen alimentos dietéticos ingieren menos calorías y tienden a perder peso«.
«Si hablamos de bebidas, por ejemplo, el agua corriente es lo mejor, pero a algunas personas les puede resultar difícil cambiar de bebidas azucaradas a agua», dice.
«Podrían considerar tomar una bebida baja en calorías si les gusta el sabor».
¿Son un riesgo?
Los edulcorantes artificiales están estrechamente regulados y han superado las verificaciones necesarias para su uso en alimentos.
Los fabricantes de deben proporcionar pruebas que demuestren que su edulcorante:
- No causa ningún efecto adverso, incluido el cáncer.
- No afecta a la reproducción.
- No se almacena dentro del cuerpo ni se metaboliza en otros productos potencialmente dañinos.
- No causa reacciones alérgicas.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria establece una ingesta diaria aceptable de edulcorantes, que es la cantidad máxima que se considera segura para consumir cada día a lo largo de tu vida.
Y estos límites son difíciles de superar.
Usando como ejemplo el edulcorante aspartamo -uno de los más cuestionados en los últimos años- un adulto «promedio» que pesa 70 kg. podría beber hasta 14 latas de una bebida gaseosa sin azúcar o usar 40 cucharaditas del edulcorante en su té o café todos los días sin exceder el límite.
Para un niño que pesa 23 kg., el máximo equivalente es cuatro latas de bebida o 13 cucharaditas de edulcorante.
¿Qué hay de los efectos secundarios?
Ha habido mucha prensa negativa sobre los edulcorantes artificiales.
Algunos estudios han afirmado que podrían hacer que la gente tenga más hambre y alterar los niveles de azúcar en la sangre, pero no hay evidencia convincente del supuesto daño.
Algunos están preocupados de que los edulcorantes puedan alterar nuestro gusto por los alimentos, haciendo que encontremos menos atractivos alimentos naturalmente dulces como las frutas, y que prefiramos comer alimentos más azucarados.
Pero se necesitan más estudios para comprobarlo.
Sin embargo, hay algunas personas que no pueden o no deben consumir edulcorantes artificiales.
Los niños hasta la edad de tres años no deberían ingerirlos. En cambio, las mujeres embarazadas sí pueden hacerlo.
Las personas que nacen con una condición genética rara llamada fenilcetonuria deben evitar el aspartamo porque puede ser perjudicial para ellos.
Para el resto de la población, vale la pena señalar que consumir muchos edulcorantes puede causar flatulencia y diarrea.
¿Pueden ayudar con la diabetes?
El azúcar es un tipo de carbohidrato y, debido a que todos los carbohidratos afectan los niveles de glucosa en la sangre, la reducción de la ingesta de azúcar puede ayudar a mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre.
La ONG Diabetes UK explica: «Como el azúcar no aporta ningún valor nutritivo, aparte de los carbohidratos y las calorías, se dice que tiene ‘calorías vacías’. Por lo tanto, no es bueno consumirlo si estás buscando controlar tu peso».
«Pero esto no significa que las personas con diabetes deban tener una dieta totalmente libre de azúcar».