Somos humanos

Cara a cara. Contacto humano. Creo que es lo que más nos está faltando en estos días, especialmente a las nuevas generaciones.

Es verdad que la forma de comunicarnos evoluciona, que surgen nuevas herramientas y canales, pero la esencia humana no se puede perder.

Veo a los jóvenes (y a los no tan jóvenes) pasar horas pegados a una pantalla, comunicándose de esa manera y pienso: ¿cómo puedes transmitir lo que eres y lo que sientes de esa forma? Y qué decir cuando escucho a alguien decir: “Llevo dos horas viendo el celular y no he hecho nada”.

A veces siento que estamos regalando nuestro tiempo y perdiendo la oportunidad de socializar de esa manera que verdaderamente te enriquece: cara a cara, porque es la forma en la que conectas real y efectivamente con alguien, ya sea a nivel personal o laboral.

Cuando leo sobre esos algoritmos que están diseñados para darte lo que quieres, para mantenerte enganchado y pasar de una cosa a otra, me da pánico.

Y pienso en esos tiempos en los que para conocer a alguien tenías que salir de casa y desplazarte a algún lugar, tener el valor de hablarle a alguien, mirarle a los ojos y aceptar rechazo o comienzo de una conversación.

Ahora hay un montón de términos que hablan de relaciones a través de la tecnología —soy incapaz de acordarme de todos— y seguimos separándonos más, aislándonos más y dejando que el mundo viva a través de un aparato.

Soy defensora de la tecnología, pero definitivamente siempre pondré primero las relaciones humanas, el ver, escuchar, sentir en persona…

Sea bueno, malo o mediocre, pero nos va a permitir crecer y desarrollar nuestros sentires y valores de una forma real, genuina, enriquecedora y sobre todo duradera. Socialicen, cara a cara, siempre que puedan.