Mogadiscio.-La Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) prevé que al menos 3,4 millones de personas pueden verse afectadas este año por la falta de agua en Somalia, país ubicado en el Cuerno de África.
El país cuenta con 83,300 personas desplazadas en en los últimos cuatro meses por la falta de agua.
Las zonas más afectadas son la regiones de Somalilandia, Puntlandia, Galmudug, Hirshabelle y Jubaland, que han reportado “condiciones extremas de sequía y escasez de agua”.
Esta crisis “es un duro recordatorio de que necesitamos con urgencia soluciones de desarrollo sostenible a largo plazo para complementar la acción humanitaria y abordar las causas profundas de las crisis climáticas recurrentes en Somalia”, afirmó el coordinador humanitario de la ONU en el país, Adam Abdelmoula, en un comunicado.
La vulnerabilidad
“En 2021, esperamos que la escasez de agua aumente el riesgo de brotes de enfermedades transmisibles como la diarrea acuosa aguda, aumente la vulnerabilidad de las poblaciones que ya están en riesgo y agrave la inseguridad alimentaria”, advirtió Abdelmoula.
Según la ONG Save The Children, el 70 % de las familias en Somalia no tienen acceso a agua potable y “miles de niños ahora dependen de camiones de agua de emergencia y pozos desprotegidos o se ven obligados a abandonar sus hogares en busca de agua”.
El coordinador humanitario enfatizó que la situación resulta “difícil para las mujeres y los niños, especialmente las niñas”, pues la escasez “aumenta la carga de cuidados necesarios para recoger agua, así como el riesgo de abuso y violencia de género”.
Durante los últimos diez años, el acceso y el uso de agua potable y saneamiento ha mejorado mucho en Somalia, de acuerdo con la ONU.
Más de la mitad de la población somalí tenía acceso básico al agua potable en 2019, en comparación con el 20% en 2010, pero la crisis es critica.
Entre guerra y caos
— Milicias
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y hordas de la guerra.