Alienta pensar que en la población pueda haber calado algo de tantas exhortaciones a la prudencia, particularmente cuando se ven las declaraciones atribuidas al director del principal hospital traumatológico del país.
De acuerdo con el titular del Darío Contreras, por lo menos hasta la Nochebuena hemos tenido una reducción en las atenciones por accidentes de tránsito en este centro de salud.
Pueden ser muchas las razones para esta baja en la denominada “sinestralidad” en el primer día de las fiestas, entre ellas la efectividad de las medidas preventivas puestas en marcha con anticipación, pero también podemos hallarnos ante la distribución de los casos.
Porque no se puede olvidar que si alguna vez todo trauma, muy grave o poco grave iba a dar a las puertas del hospital Darío Contreras, hoy día no es así, no sólo porque hay otros centros públicos especializados en traumas, sino porque el país cuenta con grandes hospitales privados con especialidades varias.
Quisiéramos, desde luego, hallarnos ante una novedad como esta, bastante alentadora, y que los dos o tres días por venir no vengan a darnos en la cara.
Desde la semana pasada hemos visto el júbilo en algunos sectores por la ligereza del tránsito en el Gran Santo Domingo. Esto debido a la salida de personas y vehículos en grandes proporciones hacia poblaciones de provincias.
Pero no podemos olvidar que siempre ha sido de esta manera, así que una disminución significativa en los accidentes de tránsito, incluidos aquellos en los que están involucrados motociclistas, debe ser motivo para examinar las posibles razones.
Y ojalá, si se hace el estudio, aflore entre sus resultados el predominio de la prudencia.
Es sólo una esperanza.