Santo Domingo. – Cada año mueren en el mundo 700 mil personas por infecciones generadas por microorganismos resistentes a los antibióticos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A esa situación no escapa República Dominicana, por lo que la Sociedad Dominicana de Infectología emitió una alerta para prevenir el uso indiscriminado de medicamentos, habida cuenta del impacto en las enfermedades y el costo de la atención médica.

A propósito de conmemorarse del 18 al 24 de este mes la Semana Mundial de la Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos, explica que resalta que la situación se produce por el uso se produce por automedicación.

Asimismo, por la venta de antimicrobianos sin receta médica, mala prescripción y elección incorrecta, entre otros factores.

En un comunicado reseñado por el portal www.resumendesalud.net, reseña que las infecciones por patógenos resistentes a los antibióticos aumentan los costos médicos, la duración de las hospitalizaciones y la mortalidad.

Advierte que la resistencia a los antimicrobianos surge cuando las bacterias, hongos, virus y parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los fármacos.

“Lo que hace difícil el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas, aparición de formas graves de enfermedades y muertes”.

Para prevenir esa resistencia, ofrece recomendaciones que incluyen reforzar la prevención y control de infecciones en centros hospitalarios, incrementar medidas de higiene, garantizar acceso a vacunas, agua potable y saneamiento.

Asimismo, implementar mejores prácticas en la producción alimentaria y agrícola, garantizar buena gestión de residuos, utilizar antibióticos sólo con prescripción médica y no utilizarlos cuando hayan quedado de algún tratamiento anterior.

La Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos es una campaña mundial.

Se celebra anualmente para fomentar la sensibilización y la comprensión de la resistencia a los antimicrobianos, incrementando las mejores prácticas en su uso, tanto el personal que prescribe, como para el público consumidor.