Cuando el Presidente de la República decidió adelantar su retorno al país para ponerse al frente a los trabajos de prevención, debido al entonces proyectado paso del huracán María por el país o su cercanía, daba el mensaje correcto.
En el caso del paso de “Irma”, como ahora con “María”, los entes públicos han actuado con gran presteza en las labores de prevención, y en gran medida los ha inspirado el propio Presidente de la República, quien personalmente se ha puesto al frente de los trabajos.
Rayaría en lo irracional criticar las labores preventivas de los entes oficiales con el infeliz argumento de que el territorio nacional finalmente no haya sentido la furia en su máxima potencia de esos dos fenómenos atmosféricos.
La enseñanza para todos los ciudadanos debe ser que, en situaciones de emergencia, siempre hay que prevenir; además, que tenemos que prepararnos para lo peor, aunque al final se presente el mejor de los escenarios previsibles.
Los huracanes Irma y María han provocado daños materiales en varias provincias, especialmente por las lluvias, pero con trabajo y solidaridad se pueden superar.
El Presidente de la República ha liderado una labor de prevención que merece notas sobresalientes, con una mención especial a los organismos de socorro aglutinados en el Centro de Operaciones de Emergencias y con el apoyo de una legión de voluntarios a los que el país les debe gratitud.