México.- El sismólogo chileno Raúl Madariaga dijo hoy que el sismo que ocurrió el miércoles por la noche en su país no fue tan grande como hubiera podido ser y aseguró que ayudará a aliviar tensiones en la zona de subducción de placas de aquella nación suramericana.
“Este terremoto aleja el peligro de uno mayor y en cierto modo es una buena noticia”, dijo Madariaga en una entrevista con Efe en la capital mexicana, en la que aseguró que este temblor retrasa en torno a un siglo la ocurrencia de uno más grande.
El experto participa en el congreso “Avances y retos en sismología, ingeniería y gestión de riesgos a 30 años del sismo de 1985”, que se celebra desde hoy en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El movimiento, que se produjo a las 19.54 hora local (22.54 GMT) y tuvo su epicentro a 46 kilómetros al oeste de la localidad norteña de Canela, se registró a 15,7 kilómetros de profundidad y tuvo una magnitud de 8,4 en la escala de Richter.
“Es un terremoto que estábamos esperando desde hace bastante tiempo y fue incluso más pequeño de lo que habíamos previsto inicialmente”, dijo el profesor emérito del departamento de Geociencias de la Escuela Normal Superior de París.
Madariaga explicó que el terremoto ocurrió en un lugar “relativamente seguro” y una zona muy poco habitada, la zona centro norte de Chile, un país poblado principalmente en el sur, en Santiago de Chile, o en el norte, en Coquimbo, una de las zonas donde causó mayor daño.
“Hay muy pocos daños en cuanto a personas (las autoridades reportan once fallecidos hasta el momento) pero hay muchos daños materiales debido al tsunami, el de Marzo subió más o menos cinco o seis metros en muchos lados y con eso produjo muchísimos daños”, apuntó.
El ingeniero civil de la Universidad de Chile señaló que la gente en su país “no esperaba que un maremoto de cinco metros produjera tanto daño” y recordó que la única forma de saber si puede ocurrir un terremoto es de manera probabilística.
Dijo que “lo bueno” de que esperaran el terremoto en su país fue que se instalaron muchísimos instrumentos y ayer, al poco tiempo que inició el sismo, se empezó a calcular inmediatamente la magnitud, que a los 20 minutos ya se sabía y se evaluó la probabilidad de que el tsunami fuera mayor a cinco metros.
Madariaga, doctor en geofísica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, contó que el tsunami provocó “mucho más daño” de lo que se pensaba debido a que el agua es incontrolable y, al transportar objetos, esa masa se transforma en un “gran aparato de destrucción».
Eso fue lo que sucedió en la ciudad de La Serena, que está más al norte, y donde se registró el nivel más alto del tsunami.
“En esa zona hay una gran cantidad de edificios frente a la playa, todavía nadie ha ido y hasta mañana va a tener derecho de ir a ver lo que ha pasado, así que todavía no se sabe hasta qué punto causó destrucción”, indicó.
El experto sostuvo que quizás los fallecidos asciendan a 20 o 30 y eso significa que la población obedeció y que se fueron del lugar, no como el año pasado, en el terremoto del 1 de abril de 2014 en Iquique, en el que “la gente se quedó, se escondió, se quedaron en sus casas y muchos fallecieron».
Madariaga recordó que debido a la gran cantidad de terremotos que han sucedido en Chile, tres grandes en cinco años, la gente ha entendido que tiene que formarse y ejecutar los simulacros y protocolos de Protección Civil, en los que regularmente hay un millón de personas participando.
Hasta el momento, el movimiento telúrico -el tercero más fuerte en la historia de esta nación, donde en 1960 se registró el mayor terremoto de la historia- causó ya al menos once muertos, un millón de evacuados, millonarias pérdidas materiales al afectar a ocho regiones del centro norte de Chile y enlutó a un país que se preparaba para celebrar sus fiestas patrias.