Ramón Delanoy muestra a reporteros de EL DÌA las zonas afectadas por fallas tectónicas. josÉ DE LEÓN
Santo Domingo.– El director del Centro de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo advirtió que en el país en cualquier momento podemos tener un evento sísmico y por lo tanto debemos estar preparados.
El sismólogo Ramón Delanoy explicó que lo que ha sucedido en Haití con dos potentes terremotos en una década se debe a las tensiones sísmicas a que está sometida la Isla de Santo Domingo.
Sostuvo que por lo general se dice que las recurrencias sísmicas son de 50 a 100 años, pero con estos dos terremotos ocurrido en Haití en 11 años se ha visto que eso no se corresponde con la realidad.
Entrevistado en el programa D`AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11 y TV Quisqueya en Estados Unidos, el profesor universitario puso como ejemplo lo que ocurrió en el país entre los años que van desde el 1751 al 1770.
Enfatizó que con apenas 19 años de diferencias se produjeron dos terremotos en las proximidades de Azua, y el último temblor que se considera de igual o mayor intensidad ocurrido en la parte central Sur es el sismo de 1860. Y hemos tenido varios en la Zona Este como el de 1984 con una magnitud de 6.9 que produjo un tsunami que no causó muchos daños, salvo algunas destrucciones en San Pedro de Macorís.
“La Isla, como sabemos, está sometida a grandes tensiones, como consecuencias de encontrarse entre las Placa Norteamericana y la del Caribe, y como resultados de eso hemos tenido innumerables fallas como la que ocasionó los dos últimos sismos en Haití que es la Enriquillo-Platain Garden”, explicó el experto.
Argumentó que dicha falla se extiende a lo largo de Haití en la parte Sur y que también nos afecta en la zona de Barahona y Azua, que de alguna forma coincide con lo que se conoce como la “Trinchera de los Muertos”.
“Y al Norte tenemos el contacto de la Placa Norteamericana que tiene su profundidad mayor en una zona de Puerto Rico que se conoce como la Trinchera de Puerto Rico, y que mucha gente la conoce como la Fosa de Milwaukee”, agregó.
El director de Sismología definió los terremotos que ocurren como un producto de las fuerzas tectónicas que en un momento puede manifestarse en un lugar de la Isla y luego en otro.
“Si contamos 75 años atrás, el 4 de agosto de 1946, tuvimos en la Isla el más grande terremoto que produjo un tsunami y destruyó el poblado de Matancita en Nagua, y cuatro días después hubo uno de 7.6, el primer fue de 8.1, pero no pasaron dos años para que ocurriera otro de 7.6, en 1948 en la misma zona, es decir que desde el 1943 hasta 1953, en un periodo de diez años, se produjeron cinco eventos sísmicos de magnitud superior a los 6.5 grados en toda la parte Noreste”, recordó.
Definió esos terremotos como algo normal en la Isla, cuya recurrencia de 50 y 75 años entre un terremoto y otro no se cumple.
“En cualquier momento podemos tener un evento sísmico y debemos estar preparado”, sentenció el director del Centro sismológico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
Mayoría edificaciones no resisten terremotos
El director del Centro de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo advirtió que en el país la mayoría de las viviendas y las edificaciones públicas y privadas no están construidas para resistir terremotos similares a los que han ocurrido en Haití en la última década, y que han provocado cientos de miles de muertos y daños millonarios a su economía.
El físico sismólogo Ramón Delanoy sostuvo que la dos formas de estar preparados frente a eventuales movimientos telúricos de gran intensidad es construyendo buenas edificaciones y educando a la población.
Delanoy dijo que, salvo en los últimos tiempos que las autoridades han estado haciendo reparaciones en edificaciones hospitalarias, la gran mayoría de infraestructuras estatales no han sido construidas con los estándares sísmicos requeridos.
El científico atribuyó la gran cantidad de muertes que se han producido en los dos terremotos de Haití a la mala calidad de sus edificaciones.
Recordó que en países como Chile de grandes y constantes actividades sísmicas, con terremoto superior a los 7 grado Richter, el número de víctimas mortales es muy baja debido a que en sus construcciones respetan su código sísmico.
“Mira aquí se respeta poco lo que es el código sísmico, que maneja el Ministerio de Obras Públicas, muchas constructoras lo que hacen es edificaciones como comercio, eso implica utilizar los materiales menos costosos y la mano de obra poco calificada para aminorar los costos de dicha obra”, lamentó el director de Sismología de la UASD.
Reconoció que solo unas cuantas empresas constructoras se someten a los requerimientos normativos para construir edificaciones seguras, pero en la mayoría de los casos no es así.
“Estar preparado es saber que hacer en el momento de que ocurra un terremoto, y antes de que ocurra, de qué manera, tratando de construir de manera que puedan que puedan soportar eventos sísmicos fuertes, y educando a la población para que sepa como minimizar los riesgos”, recomendó.
Agregó que se debe evitar crear cada vez más riesgos, “por ejemplo, usted ve muchas construcciones que parece que están volando en el espacio, en algunos sectores, que con cualquier temblor van a deprenderse, porque cuando comiencen a oscilar no habrá forma de soportar esas estructuras que están prácticamente en el aire”.
Insistió en que Santo Domingo cuenta con edificaciones públicas, privadas y barrios populosos que tienen construcciones que no soportarán un sismo de magnitud superior a los 7 grados en la escala de Richter.