¿Cuál es tu problema? ¿No logras sostener una relación de pareja duradera y sana? ¿Estás enferm@? ¿No te va bien en los negocios o trabajo? ¿No te concentras en lo que quieres hacer? Parecen preguntas al azar, pero no para todos. Es posible que alguna de ellas están relacionadas contigo directamente.

Si sientes que estás vives dando vueltas en torno a las mismas cuestiones es porque algo más grande que tú está forzando ese resultado. Detén tu andar un minuto. Cierra los ojos, inspira por la nariz, sostén el oxígeno en tu estómago y luego exhala por la boca lentamente.

Observa qué sensaciones hay en tu cuerpo mientras repites esta respiración dos o tres veces; ahora explora un sentimiento recurrente que tienes al que quizás no le haz prestado la atención suficiente.

Tú, al igual que todas las personas, vienes de un clan donde la vida y las acciones han tenido un modo específico de funcionar donde no todo está bien visto y aceptado, donde algunos miembros han sido rechazados por su acciones, algunos han lastimado a otros queriendo o no.

En tu familia también hay secretos de los cuales es mejor no hablar para evitar “los chismes”, pero en verdad es para evitar vergüenza y dolor. Algunos de esos secretos ni siquiera tú los conoces.

Mientras más ocultos están más evidentes se vuelven en la sombra que tienden sobre algunos miembros de la familia. Solucionar esas heridas no siempre parece fácil, pero créeme básicamente necesita ser mirado y sanado desde el amor.

Tú puedes liberarte de seguir cargando esa carga que no es tuya, pero igual arrastras. Ya no la pases a tus descendientes párala aquí y ahora. Cuéntame cuáles son tus síntomas y yo te diré cuál es el secreto.