Cada coyuntura debe ser analizada en sus especificidades, en lo que tiene de parecido o de diferente a otras. Este análisis debiera conducir a las líneas y tareas que correspondan. No puede haber una postura rígida para cualquier circunstancia.
Cuando se analizan las coyunturas electorales, desde una visión que se pretenda científica, podemos darnos cuenta que en las de la República las posturas de la Izquierda han debido ser diferentes, aunque en general han sido las mismas. Las de 1962, 1978, 1999, 1994- 96, fueron elecciones con características diferentes a todas las que hemos tenido desde la caída de Trujillo.
En cada una de estas, el problema principal convocaba a la unidad amplia para enfrentarlo. Pero la Izquierda actuó siempre con un “rasero general”, y por eso lamentó unos resultados que pudo haber contribuido a que no sucedieran.
Ahora, en la coyuntura en curso hacia las elecciones del 2016, aparece la misma conducta general. Y esta coyuntura tiene sus singularidades, cuales son, las siguientes:
Una.– El bipartidismo a la usanza tradicional no se da en este momento. La hegemonía social se fundamenta en las tendencias fundamentales del PLD: el Danilismo y el Leonelismo.
Por ostentar el poder, estas dos tendencias han podido atraer a su esfera de influencia y subordinar a mucha militancia del viejo PRD y a izquierdistas. Ya antes había cooptado gran parte de las bases sociales del balaguerismo.
Dos.- La perspectiva, de que el PLD se mantenga de manera indefinida en el poder. Sus líderes han planteado la meta del 2044. Para eso cuenta con todos los estamentos del Estado y de un poderío económico propio.
Tres.- Necesidad de definir ¿Qué es el Cambio en este contexto hasta el 2016?
El comunismo es cambio. El socialismo es cambio. La revolución popular democrática es cambio. Un programa avanzado de reformas políticas y sociales es cambio. Cada uno en un contexto.
Pero el cambio concreto, en el contexto actual; el que aconseja la coyuntura, la correlación de fuerzas, es cortar en el 2016 el dominio del PLD; “atrabancar” la rueda por donde se mueve el PLD. O “descarrilar” la locomotora peledeísta, y con eso sentar las bases mínimas para una nueva transición democrática.
Eso solo requiere de un programa mínimo en el que la ética de gobierno es un componente fundamental.
Cuatro.- La tendencia del cambio es diversa. Aunque hay una pronunciadamente mayoritaria, la del PRM, su candidato Luis Abinader y sus aliados de la Convergencia; es la que tiende a polarizar con el PLD.
Pero hay otras que hacen parte de la tendencia del cambio. Refiero al cambio que reclama el momento, el que significa cortar el dominio del PLD en el 2016.
El reclamo es unir las partes de esa tendencia. En torno a un programa mínimo. Para romper la lógica del PLD e instalar otra en la que “todos toros o todos novillos”.
Cinco.- Un contexto en el que hay que poner la mirilla en el propósito de quebrar el dominio del PLD y en un Programa mínimo de cambio. En el contexto que genere ese quiebre, las perspectivas programáticas serán entonces de mayor profundidad y más amplitud. Cada cosa cuando tiene que ser.
Las candidaturas al congreso y ayuntamientos son importantes, desde luego. Varias voces autorizadas en el Congreso ayudarían a que el quiebre del dominio del PLD apunte a sentar las bases de una nueva transición democrática.
Pero será más, mucho más importante, un gran movimiento de pueblo en calles y plazas. Un quiebre al dominio del PLD en el 2016, contribuiría a despertar nuevos entusiasmos en el pueblo. Es necesaria esa sensación de triunfo. Y no dejarla caer entonces.
Una derrota de la tendencia general del cambio en el 2016; o lo que sería lo mismo, un “triunfo” del PLD, equivaldría a un agravamiento de la sensación de derrota histórica que ya sufren las mayorías populares; y pondría más lejos la posibilidad de las otras formas y contenidos del cambio.
Entre paréntesis. No tengo dudas de que, unas más que otras, las distintas tendencias del cambio crecerán, aun en medio de una derrota general. Cada una terminará más grande y encontrará razones privadas para celebrar su crecimiento. Pero serán “crecimientos” en medio de una derrota histórica del pueblo y el país. Cierra el paréntesis.