Las primeras investigaciones sobre las severas turbulencias que afectaron un vuelo de Singapore Airlines la semana pasada revelan que el aparato cayó alrededor de 178 pies (54 metros) en 4,6 segundos.
Un pasajero murió y decenas resultaron heridos cuando el martes 21 de mayo el vuelo Londres-Singapur se topó con turbulencias sobre Myanmar y fue desviado a Tailandia.
Investigadores en Singapur extrajeron la información almacenada en las cajas negras, que registran los datos de vuelo y graban la voz de la cabina del avión.
Singapore Airlines dijo que está cooperando con los investigadores y brindando apoyo a los pasajeros y tripulantes afectados, incluso con los gastos médicos y hospitalarios, «así como cualquier asistencia adicional que puedan necesitar».
Los hallazgos preliminares de la Oficina de Investigación de Seguridad del Transporte (TSIB, por su sigla en inglés) encontraron que los cambios rápidos en la fuerza gravitacional (G) y la caída de altitud -una distancia casi equivalente a la altura de la Torre Inclinada de Pisa en Italia- probablemente lesionaron a quienes no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
La TSIB agregó que el vuelo operó con normalidad hasta que probablemente sobrevoló un área de «actividad convectiva en desarrollo» mientras pasaba sobre el sur de Myanmar a 37.000 pies (11.300 metros).
«Los rápidos cambios en G durante los 4,6 segundos de duración tuvieron como resultado una caída de altitud de 178 pies (54 metros), de 37.362 pies a 37.184 pies», afirmó esa oficina en el informe.
«Esta secuencia de eventos probablemente causó lesiones a la tripulación y a los pasajeros», sostuvo.
«Después de que la tripulación de cabina informó a los pilotos que había pasajeros heridos en la cabina, se tomó la decisión de desviarse al aeropuerto de Suvarnabhumi, Bangkok, Tailandia», continuó.
Aproximadamente 17 minutos después del evento de turbulencia, los pilotos pudieron realizar un «descenso controlado desde 37.000 pies», según el informe, que añadió que el avión no encontró ninguna otra turbulencia severa durante su desvío a Bangkok.
Los pilotos también solicitaron servicios médicos para recibirlos a su llegada.
La TSIB, que opera bajo el Ministerio de Transporte de Singapur, dijo que sus investigaciones todavía no finalizaron.
«Una montaña rusa vertical»
A bordo del avión Boeing 777-300ER viajaban 211 pasajeros y 18 tripulantes, según Singapore Airlines.
El británico Geoff Kitchen, de 73 años, murió de un presunto ataque cardíaco a bordo, mientras que otros 104 pasajeros fueron trasladados al Hospital Samitivej de Bangkok para recibir tratamiento.
Ali Bukhari, de 27 años, que estaba sentado con su esposa, Ramiza, le dijo a la BBC que el avión entró en «caída libre».
«Fue aterrador. Es como bajar por una montaña rusa vertical«, aseguró.
«Todas las máscaras de oxígeno se habían soltado, partes del interior del avión estaban dañadas (…) Pensé que era por la fuerza de la turbulencia, pero en gran parte se debió a que todos los que no llevaban el cinturón de seguridad volaron por el aire y se golpearon contra el techo», agregó.
“Vimos sangre en el techo (…) Fue un caos total. Había mucha gente en el suelo», narró.
Singapore Airlines dijo que «la seguridad y el bienestar» de sus pasajeros y personal son sus «principales prioridades».
«Apreciamos profundamente la inestimable ayuda brindada por los gobiernos de Singapur y Tailandia, así como por nuestros numerosos socios y equipos médicos en ambos países y en todo el mundo», añadió.
El jueves 23, el director del hospital Samitivej Srinakarin, Adinun Kittiratanapaibool, informó que el personal trató inicialmente a seis personas por lesiones de cráneo y cerebro, 22 por lesiones de columna y 13 por lesiones de huesos, músculos y otras dolencias.
«Nunca hemos tratado a personas con este tipo de lesiones causadas por turbulencias», les dijo Kittiratanapaibool a periodistas.
Hasta este miércoles, según Singapore Airlines, 42 pasajeros que viajaban en el vuelo seguían en Bangkok, de los cuales 26 estaban en el hospital recibiendo tratamiento médico.
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