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Síndrome genitourinario de la menopausia puede afectar mujeres jóvenes

Realizar ejercicios de Kegel regularmente y mantener actividad física favorece la circulación y  fortalece el piso pélvico.
📷 Realizar ejercicios de Kegel regularmente y mantener actividad física favorece la circulación y fortalece el piso pélvico.

SANTO DOMINGO.-El síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) es un conjunto de síntomas y signos que afectan la vagina, la uretra y la vejiga urinaria de la mujer, consecuencia directa de la disminución de estrógenos que ocurre durante la menopausia e impacta la salud sexual, la funcionalidad del piso pélvico y la calidad de vida.

De acuerdo a la uróloga y experta en piso pélvico Merycarla Pichardo, esta es una afección crónica que aparece cuando los niveles de estrógeno disminuyen, provocando cambios en la vagina, vulva, uretra y vejiga.

Merycarla Pichardo

Dijo que es más común entre los 45 y 60 años, pero puede aparecer en cualquier momento posterior a la menopausia y si puede presentarse en mujeres jóvenes que han tenido reducción hormonal por cirugías o tratamientos médicos, por ejemplo, quimioterapia y anticonceptivos orales.

La galena describe que estos tejidos se vuelven más delgados, menos elásticos y con menor lubricación. Se estima que entre 50 % y 60 % de las mujeres posmenopáusicas lo padecen, aunque muchas no lo consultan por vergüenza o porque piensan que es “normal con la edad”.

Al hablar sobre la sintomatología y consecuencias, Pichardo manifiesta que entre estos está la sequedad, ardor o picazón vaginal, dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), urgencia y frecuencia urinaria aumentada, infecciones urinarias recurrentes y disminución de la elasticidad y lubricación vaginal.

segura que, sin tratamiento, estos síntomas suelen empeorar con el tiempo, afectando la vida sexual, la autoestima y el bienestar emocional.

Señales de alerta
Sobre las señales de alerta refiere que las mujeres deben estar precavidas cuando observen cambios en la textura y color de la piel vaginal, sequedad persistente, dolor con la penetración, flujo vaginal reducido, mayor necesidad de orinar o escapes involuntarios e infecciones urinarias frecuentes.

Destaca que puede impactar la sexualidad y el piso pélvico porque el dolor y la sequedad reducen el deseo sexual, y la atrofia de los tejidos puede debilitar el piso pélvico, favoreciendo incontinencia urinaria y prolapsos. Esta afección incluso involucra cambios en la microbiota vaginal y urinaria.

Tratamientos

— Alternativas
La especialista del grupo Urus explica que para tratarla se realizan terapia hormonal local (óvulos, cremas o anillos de estrógenos), así como lubricantes e hidratantes vaginales sin hormonas.

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Erika Rodríguez

Periodista, ganadora del Premio Nacional de Periodismo Turístico Epifanio Lantigua en la categoría Gastronomía y Turismo.

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