El reinicio de La Semanal, después de las vacaciones navideñas, se convirtió en un evento tan concurrido que ni los periodistas de Palacio lograron asegurar asiento.
La sala quedó desbordada, y el corre-corre de última hora de los organizadores fue digno de una película de comedia.
Al final, minutos antes de que el Presidente subiera al podio, lograron resolver la falta de sillas, aunque con más tensión de la necesaria.
El encuentro, que duró más de una hora, dejó claro que las vacaciones no incluyeron planificación logística.
El rápido rebote
Al ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, no lo agarraron fuera de base. Cuando le preguntaron por el aumento de los peajes, rápidamente esquivó la responsabilidad, aclarando que no era un aumento, sino una “nivelación” (un término que seguro dará de qué hablar).
Eso sí, dejó caer que los choferes, viendo la oportunidad, optaron por subir los pasajes, pero, claro, eso ya no es su problema directo. Un rebote digno de un partido de voleibol.
Muestra dominio
El que sí brilló en esta edición fue el ministro de Medio Ambiente, Paíno Henríquez, quien demostró que domina sus temas con una facilidad que hasta dio para risas.
En varias ocasiones, el Presidente lo llamaba para ampliar aspectos técnicos durante la presentación de logros, y Henríquez subía y bajaba del podio como si fuera parte de un show.
Las carcajadas no faltaron, pero el mensaje quedó claro: maneja el tema.