¿Sin arrugas?

¿Sin arrugas?

¿Sin arrugas?

Comienzo a escribir estas líneas a las 4:48 de la tarde del domingo 6 de marzo de 2011, o sea cuando todavía no había terminado la fase de votación de la convención del PRD.

Por lo tanto, como es lógico, a esa hora era imposible saber cuál de los dos precandidatos había sido el ganador.

Digo esto para significar que el comentario que voy a hacer está totalmente desprovisto de color político o politiquero. Para mi propósito, lo mismo da Juan que Pedro.

¿Y qué es lo que quiero decir?

Lo que me impulsa a escribir hoy es que, a costa de tantos tropezones que venimos dando los dominicanos en nuestro aprendizaje democrático, parece que al fin vamos aprendiendo a manejar en orden y con respeto mutuo un proceso electoral, sin que necesariamente haya que alterar el orden social.

Salvo la aparición de algunos lunares sin mayor importancia, que mancharon ligeramente algunas jurisdicciones de provincias, la elección del candidato triunfador parece que terminará siendo, para utilizar una terminología del basquetbol, un canasto sin arrugas.

De ser así hasta el final, todo el mundo habrá ganado. Ojalá no tener que arrepentirme de lo que acabo de escribir.

POST DATA DE ÚLTIMO MINUTO: A las 8:15 p.m. un dirigente proclamó a un “ganador” y echó un jabón al sancocho.



El Día

Periódico independiente.

TEMAS