Ha llamado la atención el extendido simulacro de evacuación sísmica que tendrá lugar este miércoles a lo largo y ancho del país a partir de las 10:00 de la mañana, de acuerdo con información del Centro de Operaciones de Emergencia.
Los denominados simulacros son útiles para el personal de los organismos de socorro y cuerpos de seguridad involucrados en su aplicación por las destrezas que les imprime. El resto de las personas los consideran inútiles y, en todo caso, espectaculares.
No son un circo, en realidad, son ensayos en un país que en el pasado ha tenido grandes sismos, destructivos, en un tiempo en que los daños materiales podían ser reducidos debido a las pocas construcciones de notable rigidez y a la liviandad y flexibilidad de los materiales utilizados para la construcción de viviendas y edificaciones públicas.
Una prueba reciente de que los grandes terremotos no son ajenos al lugar en el que vivimos está al otro lado de la frontera, en Haití, que en la segunda semana de agosto pasado tuvo un sismo de más de siete grados en Los Cayos, al suroeste de Puerto Príncipe, que destruyó viviendas, edificios y causó más de dos mil muertes.
En enero de 2010 otro gran terremoto con epicentro cerca de Puerto Príncipe dejó más de 200 mil muertes, más de un millón y medio de damnificados y daños materiales invaluables. En la parte que nos concierne también los ha habido con gran capacidad destructiva.
A los terremotos no se les puede seguir como se hace con los huracanes, la búsqueda y rescate de víctimas suelen ser operaciones desesperadas y dolorosas.
Los daños sicológicos y físicos pueden durar para toda la vida.
Ojalá el simulacro de hoy lleve a muchos a la reflexión y en vez de asistir a un espectáculo, asuman una enseñanza.