Simple

Pon límites. Aprende a decir que no… y un largo etcétera de recomendaciones que corren por las redes sociales son la tendencia que hay ahora de fórmulas para una mejor salud mental y emocional.

Que conste que no es que esté en contra; es más, tengo varias cuentas que sigo en esa línea.

Ahora, qué fácil es todo en teoría, qué bien queda en un video o en un carrusel con una bella música de fondo. Luego, llega la realidad, y resulta que pasas de estar estresado porque no sabes poner límites a estarlo porque tratas de hacerlo y no sabes o no puedes.

¿Cuál es la solución? Pues quisiera tener la seguridad de esos coach y su capacidad de
proponer acciones, pero la realidad es que no la tengo.

Pero la experiencia sí me ha enseñado a tratar de no ser tan autoexigente con todo lo que hago, a entender que las cosas no son aquí y ahora, blancas o negras y, sobre todo, a comprender que no siempre por intentarlo se logra. Y no pasa nada, porque el día que sí se alcanza, te das cuenta de que la siguiente vez es más sencillo.

Por lo tanto, creo que la clave es no estar constantemente poniéndonos metas en todo y hundirnos si fracasamos, sino tratar de hacer lo que consideramos que es mejor en cada momento y en cada situación.
Por un lado, estamos sumando experiencia y sabiduría a nuestra vida.

Por otro, no permitimos que nos controle el resultado, sino la forma en la que salimos del problema. Y quizás de esa forma, poco a poco, nos demos cuenta de que nuestra salud emocional comienza en perdonarnos si no somos perfectos, si no logramos todo a la primera o si tratamos, pero no lo logramos. La teoría es perfecta; nosotros somos humanos. Simple.