Siempre puede ser peor

Siempre puede ser peor

Siempre puede ser peor

Una sentencia utilizada por algunos como consejo de sabiduría —hay los que prefieren el término tip— propone que cualquier situación complicada, o desesperada, siempre puede ser peor.

Y esta es una verdad como un templo.
Pero actuar, pensar o vivir con una sentencia como esta a la vista tiende ante los ojos una cierta atmósfera de prevención poco común en estos tiempos.

Así que tal vez termine moteado de conservador, o de difícil trato por sus prevenciones.
Sin embargo, al examinar por enésima vez el asunto haitiano desde la perspectiva dominicana, acaso sería esta la actitud más conveniente ante la descomposición masiva de la Administración, el Estado y la moral social en la nación vecina.

Desde el Gobierno dominicano también se haría bien en adoptar la prevención de que todo lo complicado de Haití para el trato y la convivencia internacional, puede empeorar de año en año, de mes en mes, de día en día.

Y esta actitud acaso sirva para la moderación en las respuestas, inclusive ante hechos como los de La Vigía de Dajabón, por donde vimos a un grupo de haitianos empeñados en desalojar a soldados en labores de patrulla de una franja de tierra en la que tenían todo el derecho de actuar porque es parte del territorio nacional.

En unas declaraciones del canciller Roberto Álvarez entregadas ayer a la prensa, este manifiesta su perplejidad por la forma descarada en que el Gobierno haitiano enfoca los sucesos de La Vigía: como un atropello de los soldados dominicanos.

¿Quién provoca desde Haití y con cuál propósito?
No lo sabemos, pero tal vez lo sepa el Gobierno y, sin duda, lo sabe Puerto Príncipe, pero parece improbable que desde allí se exponga un funcionario al riesgo de verse ignorado, desautorizado en el peor de los casos, o que se coloque del lado del derecho internacional a sabiendas de que nunca será oído.



El Día

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