En las buenas y en las malas. Frase corta que engloba todo un universo. Cuántas veces la hemos oído y sobre todo cuántas veces la hemos sentido.

Pocas personas, creo que en este caso puedo generalizar, realmente la ejercen alrededor de uno. Mejor dicho: ejercen de un solo lado.

Es muy importante estar presente cuando a alguien que quieres le va mal o tiene un problema. No solo estar para los buenos momentos, eso es lo fácil, lo que te llena de alegrías y energía.

Pero precisamente eso es lo que nos debería dar la fuerza para estar también cuando hay tristezas y problemas.

Ahí todo se complica un poco más.
Las formas de decir “cuentas conmigo” son muchas. Solo debes tener la genuina intención de hacerlo, y no utilizar diferentes excusas, que siempre las habrá para salir por la puerta de atrás.

En esta vida he sido afortunada, porque cuento con personas a mi lado que lo cumplen y que siempre han estado ahí. Yo trato de responderles de igual manera. Pero es algo que siempre he intentado, no es asumir los problemas de los demás, es acompañarlos en el proceso y aportar aunque sea un simple abrazo que, muchas veces, logra grandes cosas.

Creo que hoy nos cuesta demasiado enfrentar los sentimientos negativos, nos hemos vuelto extremadamente vulnerables y nos invitan más a huir que a enfrentar.

Cuando el verdadero aprendizaje llega para quedarse si eres capaz de superar los baches. Y cuando además lo haces junto a alguien, todo se ve de otra manera.

Creo en las risas, en lo positivo, en siempre avanzar, pero también creo que hay momentos para llorar, gritar y enfadarse. Equilibrio es el secreto. Y en este caso lograrlo con alguien, en las buenas y en las malas. Siempre presentes.