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Si queda algo, es poco

La ley 139-97, que contempla la movilidad de los días feriados, tuvo en su momento tantos elementos considerativos como dispositivos y estuvo rodeada de más buenas intenciones que de comprensión.

En el fondo, la idea era evitar los saltos que tienen lugar en medio de la semana y mover el día de fiesta al lunes, pero el legislador encontró un primer obstáculo con las fiestas religiosas, a las que no quiso tocar; pero más adelante, abril de 2011, la ley fue modificada para incluir entre las inamovibles el 6 de enero, día de reyes, y el 26 de enero, natalicio de Juan Pablo Duarte.

Ahora no quieren que sea movible el Día de la Constitución, ¿qué le queda a la ley?

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