Sí ombe, más “Ángeles” pa´resolver y menos “Representantes” pa´na

Sí ombe, más “Ángeles” pa´resolver y menos “Representantes” pa´na

Sí ombe, más “Ángeles” pa´resolver y menos “Representantes” pa´na

Porque:.. “El que no trabaja y come,

Se alimenta de comida robada”

Dicen los rebeldes, que cuando

La dictadura es un hecho, la

Revolución es un deber.

No es con mala fe que inicio este decir pero, entre tantas cosas malas y peores que nos están pasando, hay que admitir sin duda alguna, lo que expuso Darwin, al decir que la ignorancia produce más confianza que el propio conocimiento. Y vaya usted a ver, que ante tantas osadías e indelicadezas sin consecuencia alguna, quizás este sea el secreto mejor guardado con relación a nuestro comportamiento en estos tiempos de amplios espectros de comunicación, que permiten la manipulación de las cosas que son y de aquellas que no lo son.

La ignorancia de hasta donde se puede llegar con actitudes abusivas e inmorales sin que la cosa explote, es lo que los lleva a este proceder. Tenemos muchas cosas que se están haciendo que desvirtúan los más elementales principios de dignidad o de inteligencia emocional. Son más las cosas que se manejan por debajo de la mesa que aquellas que logran verse. Manipulaciones mediáticas de todo, aunque aparecen otras tantas que son simplemente criminales, como esa de convertir a los desposeídos de bienes y de conocimientos, en fanáticos del culto a la personalidad de quien les da la limosna, o les compra su creencia o voluntad para decidir entre una u otra.

No quisiera malos entendidos, pero si se producen, pues amén, que así sea, y sin cinismo alguno, considero que Rondón, es un Ángel, y ojala la mayoría de los negociantes de la política partidaria dominicana tuvieran un ápice de las cualidades que adornan este Ángel: guapo; sagaz; persuasivo; responsable; discreto en sumo grado; diligenciado; perspicaz; inteligente en extremo; excelente gestor y sobre todo… ¡Valiente!

Es más, a Pablo Emilio  Escobar Gaviria, lo etiquetaron como “el genio del mal”, por todas las diabluras que hizo, incluyendo la compra de conciencia a la mayoría de las autoridades civiles, militares, políticas y policiales de su país y con otros tantos de otros países y, siendo justos, este “Ángel”  hay que etiquetarlo como “el genio coordinador de intereses”.

Y es que su increíble capacidad para armonizar diferentes intereses y criterios para lograr sus propósitos, sin nunca jamás transgredir ley alguna, sin poner entre dicho su regia “profesionalidad” y capacidad como consultor, no de ahora, sino desde hace décadas sobre asuntos relacionados con el Estado; como proveedor de larga data en estos menesteres y más, cuando han estado relacionados con el palacete donde reinan los “representantes”, adicionando a todo esto, su capacidad para el alquiler de equipos y ser sub-contratista,  demostrando, sin duda alguna, que no necesitaba que “honorables”, de antes y de ahora, le dieran cualquier tipo de “ayuda” para que le aprobaran todo cuando le era de su interés, así lo amerita. Un real mago para andar por esos mundos de “Honorables”.

Bendito sea ese “Ángel” que ha mantenido por tantos años el sueño tranquilo de una gran mayoría de nuestros “Honorables” y que además, haya demostrado, lo que muchos saben y permanecen callados, y es, que viviríamos mejor y más baratos, sin invertir tantos recursos en estos señores “representantes”.

Pero, por encima de todo, haber demostrado, que ante la inercia de la pléyade de “iluminados y predestinados” de nuestra vernácula política, pletórica de líderes que expelen conocimientos de todo lo que existe y ha existido sobre este pedazo de tierra, que indiscutiblemente, “la ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento”. Y es que viven convencidos de que éste pueblo, en realidad es pendejo.

Basta ya de tantos “lideres” inútiles; de tantos héroes de pacotillas; de tantos mitos sobre supuestos sacrificios personales de estos políticos, que al salir a la luz el famoso “hombre del Maletín”, ha demostrado, que es mejor este “Ángel” a todos los lobos vestidos de Caperucita o de monjes que no pueden o han roto siquiera una taza. ¡Sí señor!



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