Cuando se quiere dar espacio a la buena fe en la actuación de una o varias personas, parece apropiado presumir ingenuidad, una característica que en estos tiempos de profusión de informaciones, debe ser cada vez menos frecuente.
Lo anterior a propósito de una carta enviada desde Santiago a un juez de la Florida en la que un sacerdote y una junta de vecinos abogan por el exdiputado Miguel Gutiérrez, finalmente condenado por cargos de narcotráfico y lavado de dinero.
La información sobre la existencia de la carta es de Listín Diario, que la publica en su edición de ayer, lunes. De acuerdo con la publicación, los suscribientes de la misiva al juez Roy Altman argumentan sobre el carácter ejemplar del exdiputado Gutiérrez y su generosidad.
Debe de haber sido así, por lo menos en la comunidad de Gurabo, de donde son los suscribientes de la carta, como si no hubiera existido Pablo Escobar Gaviria y su generosidad paradigmática.
La detención de Gutiérrez se produjo el 18 de mayo de 2021 en el momento en que bajaba de un avión en el que había llegado a Miami procedente de República Dominicana.
Era entonces diputado del Congreso Nacional y su renuncia fue presentada en septiembre de 2023 y aceptada con el voto unánime de los 170 legisladores presentes en la sesión del día 26 del referido mes.
Fue condenado, luego de declararse culpable, a 16 años de prisión por conspiración para traficar 5,000 kilogramos de drogas por un valor de 7.5 millones de dólares, lavar dinero en República Dominicana y en comunidades estadounidenses durante el período de 2014 a 2020.
Ayer en LA Semanal el presidente Luis Abinader dijo que su detención fue el fruto de labores conjuntas entre autoridades estadounidenses y dominicanas en asuntos de narcotráfico.
Si la ingenuidad existe, no debe ser tan espesa como para impedirle el buen discernimiento a tanta gente.