LOS ÁNGELES.-“Mi madre tuvo un derrame cerebral. Mi abuela tuvo un derrame cerebral. Yo tuve un gran derrame cerebral, y sangrado cerebral durante nueve días”.
Sharon Stone es muy clara al contar cómo le ha cambiado la vida el ictus que sufrió en el año 2001, del que no suele hablar con frecuencia. Durante los últimos 15 años, la actriz ha tenido un papel fundamental en la gala amfAR, y ahora está volcada en la visibilización de las enfermedades cerebrales que aparecen con la edad, y que afectan más a las mujeres que los hombres.
Stone, de 61 años, ha contado en alguna de las pocas ocasiones en las que ha hablado al respecto que entonces sobrevivió casi de milagro. Tuvo graves secuelas: tartamudeo, problemas para caminar y pérdida de la capacidad de leer.
Pasó por mucho: desde intentar quedarse con la custodia de su hijo hasta ser capaz de funcionar o lograr trabajar.
La actriz revela que fue tratada desagradablemente: “Desde mujeres de mi propio mundo laboral hasta la juez que llevó mi caso de custodia, no creo que nadie capte lo peligroso que es un derrame para las mujeres y lo que se tarda en recuperarse: yo, siete años”, explica.
La ayuda
Pero hubo quien la ayudó en el proceso y a quien hoy tiene muy presente. “Le estoy muy agradecida a Bernard Arnault. Pero tuve que rehipotecar mi casa. Perdí todo lo que tenía.
Perdí mi hueco en la industria. Y yo era como la gran estrella del momento, ¿sabes?”, reflexiona, mientras se le quiebra la voz. «Fue como la princesa Diana y yo éramos tan famosas, y ella murió y yo sufrí un ictus. Y las dos fuimos olvidadas”.
La estrella
— Alerta
La actriz alerta: “Si tienes un dolor de cabeza realmente fuerte, tienes que ir al hospital”, remacha. “Yo no fui hasta el tercer o cuarto día de mi derrame. Tenía un 1% de posibilidades de sobrevivir cuando me operaron”.